Hemos dedicado las últimas cuatro entradas a las bodas –obligaciones del novio, cortejos, bodas, refranes– cosa que no había ocurrido nunca. Esto de las bodas y las ganas de casarse me me ha hecho recordar unos versos de aviso a madres casamenteras. Los he buscado en la red y los he encontrado con distintos cierres, yo me quedo con estos, que aprendí en el curso 77-78 del siglo pasado, en una clase de Literatura.
Primera parte, la madre le reza en verso a San Cristóbal, santo casamentero por excelencia. Muy zalamera le dedica estos versos:
San Cristobalín Patitas, manitas Cara de rosa Dame un novio para mi hija, Que la tengo "mosa" (1)
(1) Según mi profesor de entonces la palabra mosa tendría una doble interpretación: mosa = moza, casadera o «mosa» = mohosa, es decir, que se le habría pasado el arroz claramente, y la madre tendría ganas de colocarla de alguna manera.
Segunda parte. El santo le concede el deseo a la madre y logra casar a la hija. La ahora suegra vuelve a rezar a San Cristóbal, no muy contenta con el fruto de su oración:
San Cristobalón, Patazas, manazas Cara de perro, ¡Como tienes la cara, me diste al yerno!
He estado investigando y es un verso popular, en el que la frase de cierre varía llegando a lo políticamente incorrecto, como les decía yo prefiero esta, que aprendí de memoria el siglo pasado. ¡Feliz viernes!
Fuente de la imagen destacada: La procesión de los recién casados, Biblioteca Digital Hispánica