Quien se dedica a eventos sabe lo que es una carpa. Una instalación de arquitectura efímera que permite crear un espacio en el que celebrar un evento sobre una superficie y en un lugar que de otra forma no podría utilizarse para ello. Gracias a las carpas en esos lugares poco habituales, el público tiene garantizado el acceso y el evento se celebra con total normalidad. Quien se dedica a eventos en el siglo XXI puede pensar, erróneamente, que esto de las carpas para eventos es un invento reciente, y yo le diría: va a ser que no. Ya saben que en este blog vivimos en el pasado, y a él me voy a remitir, para hablar de carpas o pabellones, que era como se llamaban entonces a semejanza de lo que se construía para las exposiciones universales.
Del 20 al 30 de mayo de 1878 se celebró la Feria de Madrid en el Salón del Prado y el paseo del Botánico (hoy en día el tramo que va de Cibeles a Atocha) de hecho, fue tal el éxito de la Feria que se prorrogó hasta el 6 de junio. Allí montaron sus toldos y pabellones las tiendas y los comercios de la ciudad, y también lo hicieron las instituciones. En La Ilustración Española y Americana de 30 de mayo de 1878 encontramos un par de grabados de esas construcciones efímeras, tanto las más sencillas como las más “vistosas y elegantes”.
Arquitectura efímera en 1878: pabellones institucionales, zona de ocio y exposición comercial
El pabellón de Ayuntamiento era “una espaciosa rotonda de agradable perspectiva”. El de la Diputación “al lado de la fuente de Neptuno (…) una artística construcción de estilo árabe”. El del Círculo de la Unión Mercantil “formando por una gran rotonda central y anchos salones laterales”. El de los Ciento “sencillo pero elegante”.
La zona de ocio iba desde la fuente de Neptuno a la entrada del Retiro donde se situaron “dos largas hileras de tiendas y casetas, destinadas a cafés, restaurantes, pastelerías, teatros de polichinelas, escenario de gimnastas y acróbatas, exhibición de fenómenos, etc.”
Toda la zona se iluminaba durante la noche con “multitud de innumerables mecheros de gas y faroles de colores en los paseos, en los pabellones y en los bazares del comercio”.
En los pabellones se ofrecían “conciertos y bailes (…) grato solaz a las numerosas y distinguidas personas que son invitadas, y música y armoniosos coros, (…) se oyen todas las noches ante las tiendas de la Diputación y del Ayuntamiento (…) y son aplaudidos por la inmensa concurrencia que [los] visita sin cesar”.
Una zona de casetas, todas ellas de un aspecto similar, estaba destinada a exposición pecuaria. Llama la atención la homogeneidad de la construcción y el toldo que se ha desplegado a lo largo de la carrera que siguen los visitantes, una buena idea -de la que habría que tomar nota en las ferias al aire libre- para evitar el sol directo.
Consejos para montar estructuras de arquitectura efímera
He tirado de archivo y he encontrado unas notas que teníamos en cuenta cuando era necesario montar una carpa para celebrar un evento. Repasándolas me ha parecido que -salvando las distancias temporales y los adelantos técnicos- serían perfectamente aplicables en 1878:
- Solicitud de los permisos y autorizaciones necesarios -públicos y privados- para montar la carpa o cualquier otra estructura de arquitectura efímera.
- Visitar el lugar en el que se va a montar acompañados del proveedor para asegurarnos de cosas como: la calidad del suelo; si hay vegetación alrededor; los accesos y si hay espacio suficiente para lo que queremos instalar.
- El suelo en el que se va a instalar tiene que estar nivelado, protegido (que no se encharque si llueve o no sea deslizante, por ejemplo), sólido, que permita moverse de forma confortable.
- Que el tamaño de la carpa sea adecuado al servicio que ofrecemos: espacio para deambular, almacenamiento, catering, etc. Y que el diseño sea el adecuado, al lugar y la climatología.
- Ventilación y control de la temperatura dependiendo de la estación del año.
- El empleo de anclajes, mástiles y sujeciones puede, en ocasiones, restar espacio interior, y ahí entran los creativos, ocultando columnas, resaltando huecos, etc.
- Decoración interior y exterior de la carpa.
- Instalar con antelación suficiente y una vez realizado el montaje … tener siempre a mano al instalador o a un técnico especialista, porque nunca se sabe cuándo lo vas a necesitar
- A la hora de desmontar la carpa todo tiene que quedar en las mismas condiciones en las que estaba cuando se puso allí.
Una recomendación final: tener un par de buenos proveedores de carpas, de esos que te pueden salvar un evento en un pispás.
A modo de conclusión
Por los grabados de La Ilustración Española y Americana comprobamos cómo los organizadores de eventos del XIX utilizaban estas estructuras de arquitectura efímera. Los elaborados diseños y la decoración nos pueden parecer excesivos, no olvidemos que dan cuenta de los gustos de la época. Tal vez no nos parezcan muy funcionales, pero seguro que a los ojos del visitante de 1878 eran espléndidos.
Como siempre, nada nuevo bajo el sol. El tiempo y los avances técnicos hacen nuestras carpas distintas, pero no las hemos inventado nosotros, la cosa viene de lejos.
Fuente de texto e imágenes: la mencionada en el texto disponible en la Hemeroteca Digital.
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