El 9 de febrero de 1888 se celebró en la Iglesia del Buen Suceso de Madrid, un funeral en recuerdo de Don Álvaro de Bazán, primer Marqués de Santa Cruz, al cumplirse el tercer centenario de su muerte. El detalle de esta ceremonia aparece recogido en La Ilustración Española y Americana de 22 de febrero del mismo año en el que apreciamos los detalles de protocolo y organización de eventos. Acompaña a la noticia el grabado es imagen destacada de esta entrada, con un primer plano de la gigantesca nave que ocupaba la nave central del templo.
Álvaro de Bazán y Guzmán militar y almirante del siglo XVI, con fama de invicto en las batallas en las que participó. Fue miembro del Consejo de Felipe II, capitán general del Mar Océano y de la gente de guerra del Reino de Portugal, grande de España. Un detalle de su biografía lo encuentran aquí.
Su relación con el mar y las batallas navales queda presente en la decoración, que para ese tercer aniversario, se montó en el interior de la Iglesia del Buen Suceso.
Formación militar en las calles por las que pasaba S.M.
La Iglesia del Buen Suceso, en Argüelles, acogió la ceremonia. Para llegar allí desde Palacio, el cortejo real pasaba por la calle de la Princesa, carrera cubierta por tropas, con esta formación:
“En la calle de la Princesa, desde la de Ventura Rodríguez, formaron dos compañías de desembarco de la escuadra de instrucción, con dos cañones y música, dos tercios de infantería de marina del apostadero de Cartagena, también con música, y un batallón del regimiento de infantería de Zaragoza, con bandera y música, mandando la línea el coronel Sr. Manrique de Lara”.
Arquitectura efímera en el interior de la Iglesia
El túmulo funerario se colocó en el centro de la nave mayor, del que era figura central “un precioso modelo del galeón San Martín (buque almirante que montaba el ilustre conquistador de las Terceras1 en el glorioso combate del 26 de julio de 1582), colocado sobre una plataforma que representaba una fortaleza del siglo XVI». La plataforma aparecía rodeada de hermosas coronas, banderas, yelmos y rodelas». Y el puesto preferente -ya sabemos lo que significa en protocolo– del túmulo lo ocupaba un objeto que simbolizaba a D. Álvaro: » y ocupando preferente puesto en el túmulo la espada del invicto D. Álvaro”.
La Ilustración dice del túmulo que era “grandioso” y prueba de ello es la ilustración que acompaña por la que podemos hacernos una idea del tamaño de esos elementos de arquitectura efímera. Todo un esfuerzo de producción de la época.
Ubicación de autoridades en el acto
A las diez y media hizo su entrada en el edificio la S.M. la Reina Regente “acompañada de SS.AA. las Infantas Doña Isabel y Doña Eulalia y el infante D. Antonio”. El cortejo accedió al templo “entre los acordes de la marcha Real, por la puerta de la presidencia patriarcal”. Ocuparon su puesto en la tribuna del Evangelio.
Los bancos de la Iglesia estaban ocupados por “los Sres. Ministros de la Corona, las autoridades militares y civiles, los capitanes generales, comisiones de todos los cuerpos e institutos del Ejército y de la Marina y gran número de personas distinguidas”.
Protocolo militar para finalizar
Terminado el acto religioso y antes de regresar a Palacio, la reina y su cortejo subieron a sus carruajes “y presenciaron el desfile militar de las tropas en columna de honor”.
Montajes de arquitectura efímera, objetos simbólicos que envían mensajes en 1888 ¿nos suena?
(1) Azores Batalla de la Isla Terceira 26/07/1582
Fuente de texto e imagen: la mencionada en el texto, disponible en la Hemeroteca Digital.