«¡Que vienen los Reyes a visitar las bodegas!. El de protocolo, que se presente de inmediato» Eso debió pensar el dueño de Gonzalez Byass, cuando tuvo confirmación de la visita real a su empresa. El 27 de febrero de 1882 SS.MM. los Reyes -Alfonso XII y María Cristina- visitaron las famosas bodegas en Jerez de la Frontera. Las más altas autoridades de la nación -y su séquito- visitaban una empresa muy importante, un gran negocio de exportación y motor de la industria de la zona. Ello requirió, a buen seguro, una gran labor de organización, cuyo resultado encontramos detallado en La Ilustración Española y Americana de 22 de marzo del mismo año.
Decía Vilarrubias en su Tratado de Protocolo de Estado e Internacional que las visitas obedecen a alguno de estos objetivos: “confirmar el buen nombre de la marca entre los consumidores, aumentar la credibilidad de la empresa, combatir las posibles campañas adversas y dar la imagen de que la compañía es una parte importante del bienestar social del entorno”. ¿Podría decirse lo mismo hace 140 años?, lo veremos a continuación.
Pero antes de comentar lo sucedido aquel 27 de febrero de 1882 vamos a ver en qué consiste una visita de estas características 140 años más tarde.
Una visita de autoridades a una empresa en nuestros días
Las visitas de autoridades habitualmente están avocadas, como indica López Nieto, a “verificar cómo la empresa colabora en los fines de interés general” y pueden “limitarse a recorrer la totalidad de las instalaciones, o pueden ir seguidas de un encuentro con el personal de la empresa o con representaciones sindicales”.
Preparar la visita
En lo que respecta a la preparación de la visita, López Nieto identifica una serie de aspectos comunes a las visitas a cualquier tipo de empresa. Esos son:
- Cuidar de que las instalaciones a visitar estén en perfecto estado de limpieza y funcionamiento.
- Establecer un recorrido cómodo para los visitantes, y previsión de zonas de descanso cuando el recorrido es muy largo. El recorrido puede adornarse con plantas y ornarse con banderas y enseñas.
- Elegir los lugares que serían de interés para los visitantes.
- Acceso de los visitantes en grupo, para evitar aglomeraciones.
- Designar a las personas que estarán en el recibimiento y acompañamiento a las autoridades.
- Preparar un folleto con información de la empresa que se entregará a los visitantes.
Desarrollo de la visita
- Recibimiento por el máximo responsable de la empresa.
- Paso a sala VIP hasta que llegue la máxima autoridad.
- Recorrido por las instalaciones (en el orden lógico que aconseje el proceso de producción de que se trate). En el recorrido las autoridades estarán acompañadas por el personal que les irá informando sobre lo que están viendo y respondiendo a las preguntas que les formulen.
- Terminado el recorrido, visita a la “exposición, o museo, si lo hubiere, en los que la empresa pueda conservar piezas históricas o colección de fabricación propia, relacionados con el objeto al que se dedica”.
- El anfitrión toma la palabra para agradecer la visita.
- Servicio de aperitivo o vino de honor que, por supuesto, “será de elaboración propia (…) cuando la visita se haga a unas cavas o bodega”.
- Envío de nota de prensa “a los medios de comunicación que interesen” o entrega de la misma “a los informadores que hayan asistido”.
¿Qué pasó en aquella visita de 1882?
Podemos buscar similitudes entre el esquema de hitos de López Nieto y lo que ocurrió aquel 27 de febrero de 1882 en Jerez de la Frontera. Seguro que las hay.
Los Reyes visitaban unas “magníficas bodegas, de universal fama, que honran a España y causan la admiración de cuantos las visitan” según dice La Ilustración y la visita fue “una honrosa distinción (…) por parte de nuestros soberanos”.
Que en la preparación de la visita se cuidó hasta el mínimo detalle lo vemos en la ilustración que acompaña a este texto como imagen destacada. Amplio espacio, decoración floral y ornato con banderas y enseñas, sin olvidar los toneles (estamos en una bodega).
El desarrollo de la visita
Recibimiento
“Los Sres. González y su familia esperaban a las reales personas, quienes hicieron su entrada por la elegante y sencilla puerta de los Pabellones, siguiendo hasta la bodega llamada La Constancia, depositaria de grandes cantidades de vino de lo más exquisito y selecto que se conoce”.
Recorrido
La Constancia era un punto singular ya que en ese espacio “[y] en lugar preferente y cerrados con candados de plata, los toneles dedicados a S.M. el Rey D. Alfonso en su anterior visita de 26 de marzo de 1877, llenos del mejor vino de 1857 a S. M. la malograda Reina Dª. Mercedes, de 1860; a S.M. la Reina Dª Isabel II, de 1830 (…) colección aumentada por los Sres. González, con otro tonel del mejor vino de 1858, cuya respetuosa dedicatoria, en recuerdo de su visita, se dignó aceptar S. M. la Reina Doña María Cristina. Todos estos vinos fueron gustados por SS.MM. y AA.”
El siguiente punto de vista fue la bodega de Los Apóstoles, “nombre con el que se designa a doce enormes toneles, destinados a contener otras tantas muestras, prototipos de todas las clases de vinos en que consiste la famosa producción jerezana”.
A continuación visitaron “la maquinaria para dar vapor a las vasijas, curiosísimo e ingenioso aparato; la bodega de Los Gigantes, con sus inmensas cubas (…); el alambique modelo y la bodega de Extracción, una de las mayores de Jerez”.
Fin del recorrido
Finalizaron el recorrido en “el salón de muestras, convertido para la circunstancia en un elegante tocador” donde descansaron unos breves momentos.
Almuerzo
El almuerzo se sirvió en la bodega La Rotonda – cuyo aspecto podemos ver en la imagen destacada de esta entrada – un enorme espacio “de forma circular, montada por los Sres. Portilla, White y Cª, de Sevilla (…) cubierta por una enorme techumbre de hierro (…) adornada con el más refinado gusto y esplendidez (…) Cuatrocientas botas de vino, en cuyos fondos (…) se veían (…) leones, castillos, águilas y flores de lis, cubrían hasta su techo las paredes interiores. Magníficos tapices turcos y ricas alfombras, porción de palmas, grandes jarrones de china y mármol (…) guirnaldas cuajadas de flores, y un mobiliario bordado en relación con el objeto al que se destinaba, prestaban a la espaciosa bodega un carácter tan pintoresco como original”.
La mesa del banquete seguía la misma forma circular de la bodega “de 16 metros de largo, materialmente cubierta de china cristal y plata”
Presidencia y ordenación de invitados
“Ocuparon sus Majestades el centro, teniendo el Rey a su derecha a la Infanta Dª Eulalia, Sr. D. Manuel María González, Excmo. Sr. Ministro de Estado y a su izquierda a la Señora Dª Victorina de Soto de González, Excmo. Sr. Ministro de Marina.
S. M. la Reina tenía a su derecha al Sermo. Sr. Duque de Montpensier, Sra. Duquesa de Medina de las Torres, y a la izquierda al Infante D. Antonio, Sra. Dª María Agreda de González (..) siguiendo hasta 52 sitios” ocupados por altas autoridades que componían la comitiva regia y la familia directa del Sr. González Byass.
Menú
“Sería ocioso decir que el menú fue digno de las personas a quienes estaba dedicado; que se sirvieron los vinos más selectos del mundo (…) y los Sres. González y su familia fueron objeto de las más afectuosas distinciones por parte de sus augustos huéspedes”.
Objetivo
Para hablar del objetivo retomamos la frase inicial de Vilarrubias con la que abríamos esta entrada: “confirmar el buen nombre de la marca entre los consumidores (…) y dar la imagen de que la compañía es una parte importante del bienestar social del entorno”. Nos quedamos con estos dos indicadores, que son los que encontramos en las citas textuales que se han incluido en los párrafos anteriores.
Y además la frase de cierre de la noticia: “Honrosísima es para la importante industria vinatera de Jerez, que tiene en los Sres. Gonzalez Byass y Compañía sus más distinguidos representantes”
A modo de conclusión
La visitas de altas autoridades a empresas se preparan hoy en día con gran minuciosidad, lo mismo que hace 140 años. La empresa muestra lo mejor de sí, lo mejor que sabe hacer y destaca su papel en el desarrollo de la sociedad. Se engalana para la ocasión, da cuenta de lo que la hace diferente y agasaja a sus visitantes con lo mejor que tiene. Los organizadores de eventos de 1882 no tenían el libro de López Nieto, pero siguieron la misma secuencia. Como a menudo decimos en este blog ¡no hay nada nuevo bajo el sol!
Fuentes:
La Ilustración Española y Americana, 22 de marzo de 1882. Disponible en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
Vilarrubias, F. (2010). Tratado de Protocolo de Estado e Internacional. Ed. Nobel. Oviedo
Nieto y Mallo, F. (2006). Honores y Protocolo (parte especial). Ed. La Ley. Madrid.