El Nuevo Manual de Urbanidad y Buenas Maneras de José Rosas (1885), era un librito que contenía reglas de urbanidad en verso y un apéndice sobre el modo de trinchar y del servicio en la mesa. Como quiera que de un libro sobre Urbanidad en Verso ya hablé en un post en marzo de 2014, me centraré en el servicio y en concreto en sus normas básicas pues, en palabras del autor, nada hay más desagradable “que ver a una persona que sirve un plato intempestivamente”.
Según explica el autor, existían unas reglas –de aplicación uniforme y constante- que aconsejaban cómo servir los platos para evitar el bochorno que suponía servir un alimento emplatado “fuera de la oportunidad debida”. Esas reglas se resumían en dos:
Primera.- Sobre los platos principales
Después de la sopa se servían: el pescado,
los pasteles y todos los alimentos que necesitaban del uso principal de la cuchara.
A continuación los platos fuertes, las ensaladas y la caza.
Segunda.- Sobre los postres
El orden de servicio era: frutas crudas; lacticiosos; tortas y demás preparaciones de harina; compotas y frutas secas; dulces.
Es interesante echar una mirada al pasado y ver que en algunas cosas no hemos cambiado mucho.
Cuadros: Heda, Antonio Pereda y Luis Menéndez