Continuamos esta semana repasando algunos temas del libro “El arte de ser elegante” de Carmen de Burgos (1918). Reconozco que es un filón. La entrada de hoy está dedicada a la moda y sus dictados porque a principios del siglo XX la moda preocupaba mucho a juzgar por lo que escribe esta autora.
“El querer ir a la moda, sin ver si esta nos conviene o no, es más perjudicial que ventajoso” para ello nada como hacernos una idea exacta de nuestro tipo, aplicar un poco de estética y de arte “para saber el partido que podemos sacar de la línea y del color y del modo combinarlos” Este consejo lo voy a poner en práctica, hace tiempo de que me compro ropa con el único fin de tapar el cuerpo -básicamente los michelines- y con la idea de que sigo teniendo una pila de años menos … eso no está bien.
“El corsé es de las prendas más necesarias de la indumentaria femenina (…) debe ser un simple sostén que modele el cuerpo sin sacar los órganos de su natural posición ni comprimirlos demasiado. Un corsé apretado (…) necesariamente ha de producir efectos desastrosos para la salud, y por lo tanto en la belleza” Mensaje dirigido a quien le quita la susodicha prenda a su hermana pequeña en orden a lucir un mostrador apretadito.
“Para ir a una conferencia se debe tener en cuenta el marco severo en que hemos de encontrarnos y para un baile el conjunto que formarán los vestidos de las otras señoras” Este consejo marca el punto de encuentro entre moda y actos (o eventos), no nos vestimos igual para ir a la compra que cuando vamos de invitados a un acto. Tampoco vestimos igual en nuestros momentos de ocio que cuando vamos a trabajar. Esto me trae a la cabeza el tema de indumentaria y representación institucional. ¿Cómo debería ir vestido/-a quien representa a una institución en el desempeño de dus funciones? En la retina ha quedado la imagen de una representante institucional con indumentaria más digna de una playa que de la alta institución a la que representa. Antes de salir de casa piense usted en el lugar solemne en el que desempeña su cargo, luego elija el modelito porque lo más seguro es que ese día -tal y como está el patio- usted va a salir en los medios.
“La moda tiene su filosofía, que responde a las necesidades y costumbres de la época, y desde este punto de vista, sin someterse a caprichos y extravagancias, está bien no dar una nota discordante» En esta frase recoge Carmen de Burgos lo que hoy se denomina el principio de conformidad, es decir: sentirse identificado con un grupo; adecuar los patrones de conducta y actitud al grupo; y sintonizar con su forma de vestir, maquillarse, peinarse, tatuarse …. En fin, buscar la homogeneidad para no destacar y ser el/la raro/-a. A pesar de esa filosofía y, como reconoce la autora a renglón siguiente «En lo general, la moda no es más que un negocio de las modistas, halagando la vanidad de la clientela con el espejismo de la originalidad” Ante todo la moda es un negocio, así que aplíquese esto a quien corresponda.
“Los vestidos deben seguir la línea del cuerpo humano. Desfigurar su forma es renunciar a la armonía, que es la verdadera y única belleza”. Hay cuerpos y cuerpos, y al mío le conviene muy mucho que oculte sus líneas y ahí lo dejo.
Sobre zapatos y moda nos dice la autora: “El calzado, sea puntiagudo, redondo o cuadrado, pocas veces es apropiado al pie, al que sin razón se sujeta a la tortura de estrecha prisión, quitando al andar toda soltura y elegancia” Añadiría lo de tacones imposibles, pero es demasiado fácil.
Cuando cedan a la tentación de usar pinturas y cosméticos “procuren utilizar productos universalmente reconocidos como inofensivos o substancias simples que no las puedan perjudicar” ¡¡No sin mi maquillaje!!, que dicen algunas o como dice un amigo mío cuando le toca recoger a su hija y amiguitas los fines de semana ¡Aquí hay más pintura que en el Museo del Prado! En mi caso tengo amigas a las que nunca he visto sin él, palabrita del Niño Jesús.
Reflexión final: “Toda moda debe someterse al análisis de la razón. Tomar de ella lo que sea conveniente y rechazar todo lo demás en absoluto” Pues eso, pensemos un poco antes de ponernos según qué cosas porque seguro que, entre todo lo que está de moda esta temporada, encontraremos algo que nos conviene y de vez en cuando dejemos de lado el instinto gregario y no sigamos al rebaño.
Fuentes
Texto: Carmen de Burgos (1918) El Arte de la Elegancia. Disponible en la Biblioteca Digital Hispánica.
Imagen: Dama con cuello de visón. Anónimo Inglés (s.XVIII). Disponible en la Biblioteca Digital Hispánica.