Finalizamos los comentarios de la Etiqueta en la Mesa que aparece en el libro El Buen Gusto, de Ermance Dufaux (1900), que empezamos hace dos semanas, y lo hacemos con unos consejos –intemporales- del autor hacia los anfitriones:
“No invitéis a una comida para hacer comer a vuestros convidados lo que a vosotros os gusta”.
“No hagáis sentarse a una persona a una mesa inhospitalaria. No hay nada más repugnante que estas luchas entre la vanidad que quiere mostrarse pródiga y la avaricia que retira cada plato, mide cada pedazo de carne y cuenta las gotas de vino que caen en la copa de un amigo”
“Todo lo que aparece sobre vuestra mesa debe gastarse sin miramientos […] Todo plato intacto es una acusación muda contra el anfitrión”
“Si no sentís placer en dar espléndidamente, no representéis la envilecedora comedia del hombre falsamente generoso, que vuelve a coger con una mano lo que ofrece con la otra”.
“Si el azar hiciese que uno de los invitados rompiera algún objeto de valor, cualquiera que sea vuestro sentimiento, no lo dejéis vislumbrarse siquiera”
“Cualquiera que sea vuestro mal humor, no tengáis más que sonrisas. Los huéspedes son sagrados”
Toda una lección de savoir-vivre
Cuadros: Bail y Grun