A lo largo de la semana pasada se han publicado varios posts relativos a la Jornada de Conviencia #protocolera de la que disfrutamos el sábado día 16 de mayo, en los que se hablaba de la exposición “Fernando II de Aragón”como excusa para la reunión y el encuentro. Exposición de la que Belén Egea nos explicó detalladamente el acto de inauguración allá por el mes de marzo.
Es el momento de hablar del contenido de la exposición retomando el post, Mirar con ojos de protocolero, que publicaba Protocolo a la Vista, comentaré en otros tantos posts las tres piezas que se le han escapado a @maritaserna en su resumen de la muestra.
Repostero con el lema “Tanto Monta“
En el catálogo leemos que está realizado en brocado de oro anillado a dos alturas, con el bordado sobrepuesto y terciopelo labrado; sus dimensiones son 4,20 x 3,93 m. Su realización es posterior a 1492 porque en el escudo que ocupa el centro del repostero ya aparece la granada en el entado en punta.
No voy a hablar del lema de Fernando II, el conocido “alma” fernandino ha sido mencionado hasta la saciedad, ni de sus divisas, el yugo y el nudo gordiano. Me voy a centrar las granadas del campo del tapiz, enmarcadas por el lema “Tanto monta”.
El catálogo no nos habla de esas granadas y no deberían pasar inadvertidas para los ojos protocoleros. Ante todo es necesario visualizar el fruto agridulce (punica granatum) centrándonos en su cáliz persistente que se asemeja a una pequeña corona.
Un vez visto el fruto vamos al símbolo, y a la explicación de por qué aparece el tapiz sembrado de granadas. La respuesta más sencilla es pensar en la aspiración de conquistar Granada para terminar la Reconquista, pero Granada ya está en el escudo, ya la han conquistado, sería demasiado redudante. Decidí investigar y la respuesta vino por la vía de la “empresa“.
Una empresa en los siglos XV y XVI era una manifestación de lo que se pretendía o se proponía y para ello se buscaba un símbolo enigmático, artificioso, un emblema, una especie de jeroglífico, en este caso la granada. La granada simboliza el poder real, Enrique IV, hermanastro de la reina Isabel, tuvo como empresa la granada y su escudo de armas estaba flanqueado por dos granadas y una filacteria con el mote “agridulce es el reinar” (la granada es un fruto agridulce cerrado por una pequeña corona ¿se podía encontrar un símbolo mejor?). El poder (reinar) es agridulce, la virtud de quien lo ostenta es que sus decisiones alcancen un equilibrio entre la misericordia (perdón) y rigor (castigo) que debe guiar sus decisiones. Esta manifestación se hace patente en la aplicación de la Justicia, castigando a los malos y apoyando o ayudando a los buenos.
Dondequiera que se ubicase este tapiz hablaba del poder real, de la tarea de gobernar, recordando tanto al rey como a sus súbditos que gobernar era una tarea difícil y la aplicación de la justicia requería un punto de equilibrio, evitando la aversión que produciría la excesiva severidad y el desdén que originaría la falta de castigo.
Fuentes:
- López Poza, S. “Empresas de los Reyes Católicos”.
- Catálogo de la Exposición Fernando II de Aragón, el rey que imaginó España y la abrió a Europa
1 comentario
Pingback: Seguimos mirando con ojos #protocoleros -