Pues si señor, una granaína fue Emperatriz de Francia entre 1853 y 1871, un “granaíno” de hoy en día exclamaría “¡La vin compae!” con toda razón. Eugenia de Montijo fue Emperatriz de los franceses por matrimonio con Luis Napoleón Bonaparte (sobrino y nietastro de Napoleón, del de verdad, no del que pueden ver en el cine, ya que era hijo de su hermano Luis y Hortensia Beauharnais, la hija de Josefina, aunque en 2014 el ADN reveló que el parentesco con Napoleón no era tal). Fue Napoleón III un marido de records: primero fue presidente de la Segunda República francesa, dio un golpe de Estado, después fue emperador, y, al ser derrocado, se convirtió en el último monarca de Francia.
Pero aquí hemos venido a hablar de la granaína, de María Eugenia Ignacia Agustina de Palafox-Portocarrero de Guzmán y Kirkpatrick. No vamos a hablar de su boda, ese tema lo dejamos para finales de Enero del año que viene, cuando se cumplan 171 años de la misma. En esta entrada daremos detalle de la semblanza que los medios de la época daban de Eugenia en vísperas de su matrimonio, una futura monarca que sangre real no tenía, pero de grandeza de España iba sobrada.
Alguna rama del árbol genealógico de Eugenia de Montijo
La Gaceta de 29 de enero de 1853 -citando al Heraldo de la misma fecha- decía sobre la futura Emperatriz de Francia que estaba ligada a las más ilustres familias de Castilla y que podía asociar al título imperial “los de mayor nobleza histórica de nuestra monarquía”. Era de la clase de grandes de España de grandes pretensiones nobiliarias cuyos individuos “se reputan descendientes de los antiguos ricos homes de Castilla” aquellos que “trataban de igual a igual a los Reyes” y a quienes estos “llamaban y aún les llaman hoy primos” y que, además, “daban a sus hijas en matrimonio a los Reyes”.
El apellido Guzmán, le venía ni más ni menos que de Guzmán el Bueno “que sitiado … en Tarifa, y amenazado por los mismos con que degollarían a su hijo prisionero si no les entregaba la plaza, arrojó por toda respuesta su propio puñal por la muralla”.
El apellido Portocarrero no era menos ilustre, ya que “Flandes, Italia y la misma Francia han presenciado el valor de caudillos españoles que le han llevado dignamente” a lo que habría que añadir a “Cardenales, Príncipes y prelados que lo han ennoblecido con virtud y sabiduría”.
Eugenia era la hija segunda de los Condes de Montijo y ostentaba los títulos de Condesa de Teba, cuatro condados, tres marquesados y un vizcondado, este listado da para exclamar un ¡La vin compae! Aunque no seas granaíno/-a. O para soltar un dardo de este tipo “Mas vale un apellido antiguo que un título moderno”, que fue lo que hizo la prensa de la época.
Dando ideas para un escudo heráldico
Publicaba La Gaceta mencionada un listado detallado de los títulos de Eugenia de Montijo destinados a los genealogistas alemanes “que de seguro estarán acechando ya para delinear los cuarteles de nobleza de la joven Emperatriz” y también a su futuro esposo “en desagravio de la sinrazón con la que (…) desdeñado los pergaminos de sus princesas” (en alusión a que ninguna de las candidatas que le presentaban tenía suficiente sangre real para él, que tampoco es que tuviera mucha, todo sea dicho).
Como les decía se daban indicaciones a los genealogistas alemanes, unas breves indicaciones, para que tuviesen una ligera idea de con quién se la estaban jugando y para mayor información -y con cierta retranca- añadían esta frase como colofón “si desean mayores noticias señalaremos también las fuentes donde pueden encontrarse” ¡Foh! (otra expresión granadina).
A continuación facilitan la información detallada:
- Condado de Montijo: primer Conde Don Juan Portocarrero por gracia de Felipe II. La grandeza se la concedió Carlos II en 1691 a Cristóbal Portocarrero en 1691.
- Condado de Teba: primer Conde Don Diego Ramírez de Guzmán, concedido por los Reyes Católicos. Este título tiene grandeza de España.
- Marquesado de Ardales: el primer Marqués de Ardales fue el segundo Conde de Teba Don Luis de Guzmán. Pormenores de este título los da “Ribarola en su Monarquía española”.
- Marquesado de Osera: título creado en favor de Don Juan de Villalpando Ariño y Funes. “Los cronistas García y Trincado dan sobre él mayores noticias”.
- Marquesado de Moya: título creado en favor de Don Andrés de Cabrera por gracia de los Reyes Católicos en 1480. “Haro, Ascocer, Garibay, Treyes y Ribarola se ocupan de las glorias de esta ilustre casa”.
- Condado de Ablitas: concedido a Don Gaspar Enrique de la Cana por gracia de Felipe IV en 1652. “Salazar, en su Origen de las dignidades de Castilla y Martín Antonio del Río, escribieron en Madrid y en Lovaina de esta familia calificada de Ilustrísima”.
- Condado de Baños: título creado por Felipe III “tiene aneja grandeza de España desde 1692”, detalle de esta título da “el escritor Berin en sus obras heráldicas”.
- Condado de Mora: título concedido a Don Francisco de Rojas y Guevara por Felipe III en 1613, fecha desde la que tiene también la grandeza.
- Condado de Santa Cruz de la Sierra: el primer Conde fue Don Baltasar de Chaves y Mendoza en 1635. “Salazar y Pellicer tratan de esta familia y escribieron las tablas cronológicas en que resulta su antigua nobleza”.
- Vizcondado de la Calzada: otorgado por Felipe IV a Don Baltasar de Chaves en 1630. “Pellicer y Chaves escribieron sobre la calidad y servicios particulares de algunos individuos de esta nobilísima casa”.
El que quiera saber, que vaya a Salamanca
Aunque La Gaceta no lo decía con la frase que he puesto de título sí se podía inferir del tono en el que redactaba el párrafo de cierre “Los que quieran mayores noticias, además de consultar a los autores citados, encontrarán a cada paso en la historia general de España rastros luminosos de la gloria de los Guzmanes y Portocarreros, Rojas, Enríquez y la Cerda. Lo dicho basta para calificar entre las primeras la nobleza de la casa de Montijo; que a ninguna sino a las Reales debe ceder dentro y fuera de España, porque sangre real tiene en efecto por muchas líneas”. ¡Foh! Que casi se me escapa la mención de protocolo, que he dejado en negrita.
Y además era guapa
Eso dicen las crónicas de la época. Guapa, simpática y elegante “Sobre estos timbres ostenta la joven Condesa de Teba otros que la hacen digna de la suerte que la espera. Es bella, es discreta, es virtuosa, está llena de juventud, de encantos de vida. Qué mucho que el austero tribuno revestido en Francia de manto imperial, encontrándola, si no Princesa coronada, princesa de la hermosura, haya sucumbido ante la dulzura de sus miradas, y Jefe de una nación caballeresca también como la nuestra, haya realizado a estas horas una ilusión que ha sido bastante poderosa para atormentarle en medio de los violentos sacudimientos por que acaba de pasar Francia”
A modo de conclusión
Eugenia de Montijo, una española, granadina para más señas, que fue Emperatriz de Francia y cuya vida da para muchas entradas blogueras y a los granaínos para exclamar con orgullo un ¡La vin compae!
Fuentes: las mencionadas en el texto.
Fuente de la imagen destacada: Franz Xaver Winterhalter (1805-1873)
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