Otros tiempos, otra jura. Hace 112 años Alfonso XIII juraba ante las Cortes (V) final
Algunas curiosidades entorno a la jura
Tratamiento a la Reina
El día 17 el Rey firma un decreto que publica la Gaceta de Madrid del día 18, que dice lo siguiente: “Queriendo dar a mi Augusta Madre un testimonio de entrañable afecto, al par que del aprecio y gratitud con que la noble Nación regida por Ella durante diez y seis años guardará memoria de sus grandes servicios y virtudes, y especialmente de la fidelidad con que acertó a seguir las tradiciones de Mi malogrado Padre el Rey D. Alfonso XII en la alta empresa de mantener estrechamente unidos los anhelos del pueblo con los ideales del trono,
Vengo en disponer que, durante toda su vida, conserve el rango, honores y preeminencias de Reina consorte reinante, ocupando por lo tanto, en los actos y ceremonias oficiales, el mismo puesto que hasta hoy, o el inmediato siguiente al de la que fuere Mi esposa, caso de que Yo contrajere matrimonio”.
Los símbolos reales
Los símbolos reales llegaron al edificio de la carrera de San Jerónimo cinco horas antes de la ceremonia (a las 09.00 horas), en un landó de París, tirado por seis caballos con arneses de gala, acompañado de correo y caballerizo y con un zaguanete compuesto de seis alabarderos. Cetro y corona fueron colocados sobre un cojín y dispuestos en una mesa al lado del Trono. Los llevó al Congreso el Inspector de los Reales Palacios y allí quedaron custodiados por los alabarderos. En la fotografía vemos su llegada al Congreso.
Los príncipes extranjeros
Llegaron en tren a Madrid el día 15 y fueron recibidos en la Estación por los Ministros y Dignatarios de la Corte. Para llegar a Palacio se formó una comitiva:
Duque de Connaught acompañado del Duque de Wellington
Gran Duque Wladimiro de Rusia, con el príncipe Nicolás y el Marqués de la Romana
Príncipe Alberto de Prusia, con el príncipe Joaquín Alberto, el General Moltke y el Duque de Arión
Príncipe heredero de Siam
Príncipe Nicolás de Grecia acompañado del Sr. Delyanni y el Marqués de Santa Cruz
Príncipe Eugenio de Suecia y Noruega, con el Sr. Celsing y el Duque de la Conquista
S.A. Christian Carlos de Dinamarca con el Conde de Almodóvar
Príncipe de Mónaco acompañado del Marqués de Martorell
Todos ellos con sus respectivos séquitos, y que quedaron inmortalizados gracias a la habilidad del fotógrafo de la Ilustración Española y Americana de 22 de mayo de 1902.
Al llegar a Palacio les esperaban a pie de escalera los gentiles hombres de casa y boca; los mayordomos de semana y en la meseta (el descansillo de la escalera) estaban los Reyes, los Príncipes de Asturias, los grandes de España y las damas.
Por las calles de Madrid, el día de la Jura, se “rompió” el protocolo
En el recorrido por las calles de Madrid, en el trayecto Congreso-San Francisco el Grande, en la Puerta de Moros (hoy Plaza de Puerta de Moros), había un café llamado El Pilar, en cuya puerta unas jóvenes esperaban el paso del carruaje real. Tenían la intención de arrojar flores y palomas al paso de la comitiva. Se detuvo el carruaje de S.M. y una de ellas le dio un ramo de flores –rosas de té y claveles rojos- al Rey, en concreto fue una “bellísima rubia, llamada Carlota del Hoyo”, según relata la Ilustración, quien además le dijo: “Señor, las muchachas del barrio ofrecen a V.M. estas flores”, a lo que el rey respondió, también según el mencionado periódico “Gracias. Muchas gracias. Sois muy hermosas y os agradezco mucho lo que hacéis”. Tan agradecido quedó el monarca por el gesto de las jóvenes que les regaló mantones de manila y a las que ya lo tenían el equivalente en joyas.
La instantánea de la parada del carruaje la recogieron los pinceles del dibujante de La Ilustración, Enrique Simonet:
Se hicieron medallas conmemorativas
Para conmemorar la jura distintos medios hicieron medallones conmemorativos, uno fue La Ilustración Americana y Española, que dedicó el medalllón cuyo lema ha servido de título a los post de estos cinco últimos días, según un bajo relieve de Lorenzo C. Valera. El lema «per progeniem successio in spiritu continuatio» hace referencia al pilar de la corona, la sucesión de padres a hijos y la continuidad que ello supone.
La Joyería Suiza de Bilbao acuñó una medalla conmemorativa sobre modelo de Mariano Benlliure. De oro de ley, tenía 32 mm. de diámetro. Se acuñaron otras 24, de 13 y 9 milímetros que se destinaron a a decorar objetos de joyería. Una colección completa le fue entrega al Rey por los fabricantes.
Y Madrid fue una fiesta
La ciudad se preparó para el gran acontecimiento. Se realizaron obras de acondicionamiento y remodelación en distintas instalaciones del Retiro y trabajos en la pavimentación de la Plaza de Oriente y en otras calles de la ciudad.
Madrid se iluminó: la calle del Príncipe, del Arenal, El Ministerio de la Gobernación (hoy Real Casa de Correos), la Puerta de Alcalá.
Los festejos duraron más de diez días, desde el día 13, en el que empezaron a llegar las tropas que cubrirían los desplazamientos, y participarían en desfiles: ya fueran revistas o retretas. Con la información recogida me he permitido hacer un pequeño programa resumen:
El que quiera encontrar similitudes puede hacerlo, quien escribe estas líneas las ha encontrado: el RD 470/2014 de 13 de junio establece la posición de los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía en los actos; los símbolos reales se han llevado al Congreso; se ha «roto» el protocolo (de forma muy estudiada); se ha hecho merchandising; se ha engalanado la ciudad. Nos ha faltado la parte del «festejo», el resto ahí está. ¡Gracias por repasar la Historia conmigo!
Información extraída de:
- La Gaceta de Madrid, días 15, 18 y 27 de mayo de 1092
- La Ilustración Española y Americana, días 8, 15, 22 y 30 de mayo de 1902
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