Más que acta de inauguración estamos ante el programa completo de un acto. Eso es lo que he pensado al leer en La Ilustración Española y Americana de 22 de abril de 1878 el acta de la inauguración del Hospital Español en Buenos Aires. Y si no, juzguen por ustedes mismos:
Dónde y cuando
«En la ciudad de la Santísima Trinidad de Buenos Aires, capital provisoria de la República Argentina, y a los ocho días del mes de diciembre del año del Señor de mil ochocientos setenta y siete, tercero del reinado de S.M.C. Don Alfonso XII, siendo Presidente de la República el Dr. D. Nicolás Avellaneda, y gobernador de esta República confederada de Buenos Aires D. Carlos Casares«
Una forma curiosa de datar, con la referencia a las máximas autoridades en ese momento pues, como veremos a continuación, se intenta dar trascendencia histórica a esta inauguración. Hoy día leemos datos como esos en muchas placas de inauguración.
Quiénes somos: los anfitriones
«Reunidos en el edificio, que destinado a Hospital Español ha fundado la Sociedad Española de Beneficencia, [cuya piedra fundamental colocó el Directorio de la misma, el día 30 de junio de 1872] los señores que componen el Directorio de dicha Sociedad:
- como presidente honorario, el Sr D. Justo Pérez Ruano, encargado de Negocios de España en esta República;
- presidente, el Sr. Martín Berraondo
- vicepresidente, el Sr. D. Juan López;
- tesorero el Sr. D. Vicente Gutiérrez;
- vocales, los Sres: D. Miguel de Madrid, D. Juan Pío Echevarría, D. Damián R.Barón, D. Pedro María Moreno y Don Juan M. Martínez;
- secretario, D. Felipe Torroba»
A la hora de detallar los miembros de la Sociedad anfitriona lo hace por su rango de mayor a menor y en caso de concurrencia, como es el caso de los vocales, y al no estar ordenados por orden alfabético, intuímos que el criterio aplicado será el de su orden: vocal 1º, vocal 2º, etc.
Quién nos acompaña: los invitados
«Con presencia de autoridades, de los protectores de la Sociedad, invitados para la mayor solemnidad de este acto, y de los socios que, con sus respectivas familias llenan los salones de esta santa casa«
Hace una mención por grupos de los asistentes a la inauguración, comenzando por las autoridades. No da el detalle pero ya hay una mención a la importancia de los invitados: primero autoridades, a continuación los benefactores (los que ponen su dinero para que ese hospital se haya levantado), los socios de la Sociedad Española de Beneficencia (los que no ocupan ningún cargo, porque los otros ya están recogidos por su cargo y listados por su rango) y los familiares.
Para conocer a alguno de esos invitados hay que seguir leyendo la noticia que publica La Ilustración en la que se menciona a: «el ministro de Relaciones Extranjeras, Sr. Elizalde; el ministro del Gobierno de la provincia, Sr. Quesada; los catedráticos, Sres. Assed y Puiggari; el Sr. Pastor y Landero, comandante de nuestra goleta Ligera; el director propietario de El Correo Español; el abogado Sr. Varela y nuestro colaborador, D. Eduardo Bustillo«
Qué vamos a hacer aquí
«Se procedió a la solemne inauguración que tuvo lugar en la forma siguiente:
En primer lugar la bendición:
El Sr. canónigo vicario general castrense, capellán del Excmo. Gobierno de la República, Dr. D. José de Sevilla Vázquez, en representación del Excmo y R. Sr. Arzobispo, Dr. D. Federico Aneiros, procedió a la bendición solemne de la capilla y de los vasos sagrados y ornamentos, bajo la advocación de la Santísima virgen Inmaculada concepción de María y de San Juan de Dios, patrón de este establecimiento piadoso»
Para continuar con una Misa:
«el Santo Sacrificio de la Misa, con exposición de la Divina Majestad y el Te Deum Laudamus en acción de gracias, estando a la derecha del oficiante el padrino, Sr. Marín Berraondo, y a su izquierda la madrina, Sra. Dª Josefa U. de Udaeta».
Un detalle de protocolo, preside el oficiante y tiene a derecha e izquierda a los benefactores.
Tras los ritos y ceremonia religiosa, la inauguración y los discursos:
«Concluida la ceremonia religiosa el presidente honorario de la sociedad dio por inaugurado este asilo para la asistencia de los españoles pobres e interpretando los sentimientos de los concurrentes, rogó a Dios ampare al desgraciado que con la esperanza de la salud venga a esta santa casa, y que la caridad toque la fibra del corazón generoso de los españoles, cobijando bajo su manto a todos los que unidos por el santo amor a la patria, propendan al engrandecimiento de esta institución».
Un buen discurso, que por un lado recordó a qué se iba a dedicar el hospital que se inauguraba, y por otro recordaba a los benefactores que sin su caridad no sería posible mantenerlo.
Tras el discurso: se firmó el acta
«Para perpetuar la memoria del acto», como decíamos al principio, el acta fue firmada por: «el Sr. vicario general, con los padrinos y el directorio de la Sociedad Española de Beneficencia»
Como en todo acto de estas características, tras la inauguración «tuvo lugar un espléndido refresco«
Y todo esto lo sabemos leyendo un acta, de ahí el título: más que un acta, un programa completo de un acto.
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