“Donde quiera que llegase y estuviese aquella rosa, haya paz, tranquilidad y pureza y limpieza de alma” (palabras que se pronunciaban en la ceremonia de bendición de la Rosa en la Sacristía Pontificia).
La Rosa de Oro era –en palabras de La Ilustración Española y Americana de 22 de julio de 1886- “un presente Sagrado que los Pontífices Romanos dedicaron desde tiempo inmemorial, a los prefectos de la ciudad eterna, a los soberanos católicos, a los grandes capitanes y eminentes hombres de Estado que llevaban a cabo hechos notables al servicio de la Iglesia; y que, desde hace un siglo, suelen dedicar a las reinas y princesas católicas”.
María Cristina de Habsburgo, reina regente de España, tras el fallecimiento del rey Alfonso XII unos meses atrás, recibió la rosa en una ceremonia celebrada en la Capilla Real de Palacio el 2 de julio de 1886, ceremonia que aparece recogida en la Ilustración y en la Gaceta de Madrid del 4 de julio; fue la última monarca en recibirla y siguiendo esos dos medios veremos en qué consistió la ceremonia.
La Rosa le fue concedida a la reina María Cristina por el Papa León XIII, padrino del nuevo rey, Alfonso XIII, que había nacido en mayo, y fue la primera que el Papa realizó en su pontificado.
La Ilustración Española y Americana hace esta descripción de la Rosa de Oro:
Rama de rosal de 0,75 cm. “con nueve rosas, catorce botones y cien hojas, todo de oro fino, la flor principal, colocada en la parte superior de la planta, se abre con sencillo resorte, y se destina a guardar perfumes que simbolizan la gloria de la resurrección de Jesucristo; la rama está colocada en un jarrón de plata sobredorada, cuyas asas figuran dos ángeles; en el pie ostenta la inscripción siguiente: LEO PAPA XIII; en el centro, lado principal, hay un precioso medallón con la efigie de Santa Cristina, patrona de la Reina, y en el lado posterior, dentro de otro artístico marco, está grabada la leyenda votiva dictada por el mismo Papa, que dice así: MARIE CHRISTIAE –ALPHONSI XIII-RISPANIARUM REGIS MATRI –ROSAM AUREAM – LEO XIII- PONTIFEX MAXIMUS- D.D.D. – ANNO MDCCCLXXXVI”. Incluye el periódico una fotografía de la misma:
La ceremonia de traslación y entrega fue como sigue:
A las 9 de la mañana se trasladó la Rosa desde la Nunciatura a Palacio acompañada de la siguiente comitiva:
Dicha comitiva realizó el siguiente recorrido: la calle del Nuncio, Puerta Cerrada, y las calles Sacramento, Mayor y Bailén.
Al llegar al Arco de la Armería la Guardia exterior le tributó los honores de ordenanza. La rosa custodiada por el obispo de Madrid-Alcalá en el trayecto hasta la Capilla Real, fue recibiendo honores de los Alabarderos a su paso por la escalera y la galería alta.
En la Capilla, una vez S.M. accedió a la misma, se celebró una misa oficiada por el Obispo de Madrid-Alcalá, asistido por el Capellán Mayor de Palacio, el Nuncio y el Obispo de Murcia.
A dicha ceremonia asistieron:
- La reina, sus hijas y su madre.
- Los jefes de Palacio
- Los Grandes
- Damas de Honor de S.M.
- Funcionarios de la Real Casa
- Comisiones de los Tribunales y del Consejo de Estado
- Ministros de la Corona
- Cuerpo Diplomático acreditado (con sus esposas)
En el momento del Ite Misa Est, el celebrante se sentó de espaldas al altar mientras el Notario de la Capilla dio lectura al Breve Pontificio por el que se concedía la rosa a S.M la reina. Terminada la lectura la reina se acercó al altar (por el lado del Evangelio) y, de rodillas, recibió la rosa de manos del Obispo, que pronunció la fórmula que la iglesia disponía para esta ceremonia, y que aparece recogida en la Gaceta.
Acto seguido el obispo entonó el Te Deum, S.M. le entregó la Rosa al Marqués de Molins. Finalizada la misa, S.M. salió de la Capilla acompañada de los custodios de la Rosa y los miembros de la Corte, quienes se dirigieron a entregarla al Capellán Mayor para que la situase en el Oratorio privado de S.M.
Fuentes:
- Ilustración Española y Americana 1886
- Gaceta Histórica 1886