Hoy se celebra la festividad de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid a quien está dedicada la catedral de la capital de España. Una catedral que fue consagrada por Su Santidad el Papa Juan Pablo II el 15 de junio de 1993, fecha hasta la que Madrid no tuvo catedral. La consagración de la catedral por un papa es un privilegio del que no puede presumir ninguna otra catedral española.
La Virgen de la Almudena fue proclamada patrona de Madrid mediante decreto soberano del Papa Pío X en 1908 nombramiento que se confirmó por un breve pontificio del papa Pablo VI en 1977 (extendiéndose a perpetuidad).
La Virgen de la Almudena, o Santa María de la Almudena, tuvo iglesia en Madrid hasta finales del siglo XIX. La iglesia se situaba en la esquina de las calles Mayor y lo que hoy es Bailén y fue derruida en 1865 a fin de facilitar la prolongación y ensanche de la confluencia de esas dos calles antes mencionadas.
La talla de la Virgen que podemos ver en la catedral es de finales del XVI, la original ardió en un incendio. De la talla original Jerónimo de la Quintana, en su libro de 1629: “A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid. Historia de su antigüedad, nobleza y grandeza”, le da un origen remoto –que hoy calificaríamos de leyenda urbana- pero que no deja de ser curioso: “Es tradición antiquísima que la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Almudena fue la principal que se adoró en Madrid, traída a ella de Jerusalén por el apóstol Santiago. En la perdida de España la escondieron los fieles de esta villa en uno de los cubos de la muralla, donde estuvo 376 años”.
A día de hoy, la catedral de la Almudena es la sede de la Archidiócesis de Madrid. En su corta historia como catedral se han celebrado actos muy importantes: bodas reales (los reyes se casaron allí) y funerales de Estado (Leopoldo Calvo Sotelo, Suárez, Spanair, etc.). Es, además, el lugar donde descansan los restos mortales de una reina: María de las Mercedes de Orleans, esposa de Alfonso XII, que murió de tisis a los cinco meses de su boda y que, al no ser madre de rey, no podía descansar en la cripta de El Escorial junto a su esposo. El monarca manifestó en su testamento el deseo expreso de que los restos de su difunta esposa descansasen en la catedral de la Almudena una vez terminasen sus obras. De hecho, la misma lápida que selló su enterramiento provisional en El Escorial se puede ver en el muro de la capilla en la que ahora descansa: «Maria de Mercedes, Alphonsi XII dulcissima coniux«.
He elegido una ceremonia muy importante para la catedral, la de su consagración, que tuvo lugar en 1993 (año en el que una servidora no tenía ni idea de que en una década se dedicaría al protocolo), una ceremonia con mucho protocolo (valga la redundancia).
Consagración
La consagración tuvo lugar en la tarde del 15 de junio de 1993, y se pudo seguir por pantallas desde el exterior de la catedral donde se ubicaron una serie de “pastillas” con sillas, para más comodidad de los asistentes (aunque muchos, la mayoría jóvenes, permanecían de pie en los jardines de la plaza de Oriente).
El Juan Pablo II llegó a las 17.45 en el papamóvil, saludó al público que le recibió con vítores y ovaciones accediendo al templo por su entrada principal. Mientras se vestía con los ornamentos religiosos, el entonces alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, le hizo entrega de la medalla de oro de la ciudad.
Acompañaron en el altar a Su Santidad en la ceremonia de consagración: el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Sodano; el presidente de la conferencia episcopal, Elías Yanes, los cardenales: Suquía, arzobispo de Madrid y González Martín, de Toledo; y los cardenales eméritos: Tarancón, y Jubany.
La ceremonia comenzó con la presentación al Santo Padre de los planos y las llaves del nuevo templo, para continuar con el rito de la consagración del altar y dedicación del templo. En el ofertorio, el escultor Juan de Ávalos donó al Papa una imagen de la Virgen de la Almudena. Juan Pablo II donó a la Catedral de la Almudena un Cáliz. El documento de la homilía pueden consultarlo en este enlace.
Estuvieron presentes en la misa de consagración: el rey Juan Carlos, la reina Sofía y la madre del Rey, doña María de las Mercedes, acompañados de las principales principales autoridades nacionales, autonómicas y locales: el presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, y su esposa, Carmen Romero; el presidente de las Cortes, Félix Pons; el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y el alcalde, José María Álvarez del Manzano.
Entre los invitados estaban también el presidente del PP, José María Aznar; así como los ex presidentes del Gobierno Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo, además de numerosas personalidades políticas, militares y sociales.
Fuentes:
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