Veíamos en el post Palabras, palabras del lunes los oficios más importantes que rodeaban a un monarca, oficios que daban un determinado rango a su titular y le dotaban de una serie de privilegios en lo que respecta al protocolo y que veremos a continuación. Ese alto rango se manifestaba con un símbolo: estar en posesión de la llave dorada. Vamos al siglo XVII y a la corte de los Austrias, para ello llevaremos como guía un libro: Solo Madrid es Corte, de Núñez de Castro.
La llave dorada y el acceso a la Cámara Real
Tener la llave dorada de la cámara del rey era sinónimo de tener libre acceso a la zona privada de Palacio, a las habitaciones en las que el rey despachaba pero también comía, dormía, se vestía, realizaba sus funciones fisiológicas o se lavaba. Mucha confianza debía depositar el rey en quien tan cerca tenía, por eso muy pocos tenían este privilegio, y para ellos era la llave dorada. ¿Cómo era esta llave?, Velázquez la inmortalizó al tiempo que a su poseedor.
Mayordomo Mayor: llave de acceso total. Quien manda, manda.
Era la más alta dignidad de la Casa Real y su poder absoluto. Todo pasaba por sus manos y necesitaba de su supervisión; la llave dorada le daba acceso “a todo lo permitido” según recoge Alonso Núñez de Castro en su libro Solo Madrid es Corte.
Su rango protocolario queda claro en las palabras de este autor cuando señala que en la Capilla Real “se sienta en silla rasa delante del banco de los Grados (grandes), aunque no lo sea”. Además era el encargado de asignar el puesto que otros ocuparían en los actos a los que acudía el rey “tócale la disposición del Aposento de la Corte, la entrada y puestos de la Capilla Real”.
En este retrato del Conde Duque de Olivares podemos apreciar con todo lujo de detalle la llave dorada de la Cámara Real que él, como Mayordomo Mayor de Felipe IV poseía. Cualquier coetáneo que viese el cuadro interpretaba el rango del poseedor y el poder que tenía por su acceso y proximidad al monarca.
Camarero Mayor: llave para entrar, salir y quedarse a dormir
Oficio muy antiguo, su llave le permitía estar en la zona más íntima del rey, su habitación. Despertaba al monarca, le ayudaba en su higiene y vestido y daba las instrucciones precisas para el acondicionamiento y limpieza de ese espacio privado. Núñez de Castro señala que el Camarero Mayor podía entrar a todas horas en la Cámara ya que “viste y desnuda al rey (…) le da la camisa (…) y la toalla cuando se lava”.
Respecto a su rango protocolario queda claro en estas palabras del mencionado autor: “juran en su mano los Gentiles hombres de Cámara, cuando su Majestad les hace merced de la llave, y los Médicos de Cámara, cuando se les hace merced de las plazas”.
Caballerizo Mayor: llave para entrar quien solo manda fuera de Palacio
Si Mayordomo y Caballero ejercían su oficio dentro de Palacio, el Caballerizo lo hacía de puertas para afuera, su dominio eran las caballerizas y todo lo que las rodeaba (caballos, coches, suministros, atuendos, símbolos, personal, etc.) lo que hoy llamaríamos el parque móvil de Palacio.
Acompañaba al rey en cuanto salía de Palacio. Si la salida iba a ser a caballo: le calzaba las espuelas y le ayudaba a montar, cabalgando junto a él en los “juegos de cañas o máscaras” según nos dice Núñez de Castro. Si la salida era en coche (carruaje) iba en el mismo que el rey y ocupaba mejor posición que Mayordomo Mayor y Camarero Mayor, al referirse a esta posición preeminente, Núñez de Castro lo refleja con estas palabras: “lleva el mejor lugar en la proa”.
Su papel protocolario era de gran relevancia en las entradas del rey en las ciudades ya que “llevaba el estoque real al hombro (…) y le toca los palios con que le reciben (al rey)”. Pero además, en el hipotético caso en el que el rey asistiese a una batalla sería el Caballerizo Mayor quien llevase el Estandarte Real.
Gentileshombres de Cámara: llave de confianza y cariño real
Servían al rey en la Cámara realizando una serie de oficios que iban desde vestir o desnudar al rey como custodiar su comida, copa, o trinchando las viandas que iba a ingerir. Practicaban el protocolo a diario pues traer la comida a la Cámara Real requería un desfile en el que cada uno ocupaba su lugar (guardas, ayudas de cámara, etc.) y que no detallo aquí porque dejo para otro post.
Aunque no gozaban del mismo rango que los tres anteriores sí que tenían un puesto especial en el corazón del monarca ya que, en palabras de Núñez de Castro, eran “los primeros personajes en sangre y grandeza, como por ser del cariño del rey, como los más inmediatos a su persona”.
La llave dorada de la Cámara Real, todo un símbolo de poder y rango protocolario, pero también de afecto y confianza, al fin y al cabo no le dejas la llave de tu casa a cualquiera ¿verdad?.
Si alguien piensa que esta llave «es cosa del pasado», bueno, también del pasado reciente, esta es la que Alfonso XIII -a principios del siglo XX- entregaba a sus Gentileshombres de Cámara.
Fuentes:
Conde Duque de Olivares, Velázquez Wikipedia
Llave dorada Alfonso XIII, Pinterest
1 comentario
Pingback: La llave dorada y el protocolo en la Corte del XVII @MariaPSC - Protocol Bloggers Point