Dos imágenes reflejan un mismo instante, el de la muerte del Rey Alfonso XII. La primera en blanco y negro, cuyo título es Últimos momentos del Rey Don Alfonso XII, apareció en el periódico La Ilustración Americana y Española de 30 de noviembre de 1885 (a los cinco días de fallecido el Rey). La segunda es un cuadro de Juan Antonio Benlliure de 1887, que lleva por título Muerte de D. Alfonso XII (el último beso).
La muerte de un rey lleva aparejadas una serie de ceremonias, que me propongo relatar en sucesivas entregas, y que comienzan por esta primera, la que sucede en la habitación en la que fallece, en la que, como veremos, no está solo.
El sumario de ese número 44 de La Ilustración Americana y Española señala que el dibujo en blanco y negro que vemos a continuación, fue realizado por el Sr. Comba – colaborador artístico de la publicación –en el Palacio de El Pardo, con apuntes del natural tomados en la cámara mortuoria.
En la crónica general, en la página 2, dice lo siguiente sobre la muerte de Alfonso XII: “La luz de la mañana alumbraba en la alcoba mortuoria una cabeza inmóvil reclinada sobre una almohada con encajes, en un lecho sencillo cubierto por una colcha blanca, sobre la cual había arrojado montones de flores el cariño de una viuda. Un alegre tapiz de Goya formaba raro contraste con aquel cuadro triste; y dos niñas, la mayor de cinco años, besaban la tibia frente de su padre creyéndole dormido, mientras la madre, la esposa, las hermanas, contenían los sollozos”.
Lo que estamos viendo no es esa escena que describe, sino otra, en la que aparece la reina ya viuda sujetando la mano derecha de su esposo, en segundo término tres figuras, una de ellas saliendo de la escena.
En la página 7 de la citada publicación, bajo la entrada “La Muerte del Rey”, leemos lo siguiente: “a las nueve menos siete minutos el malogrado Monarca exhaló su postrer suspiro, mientras su apenada esposa, arrodillada a la cabecera del lecho, le estrechaba y le besaba febrilmente las manos, y prorrumpía en ayes de dolor y en amargo llanto”, y es esta escena la que –con rigurosa exactitud a decir del columnista- reprodujo el Sr. Comba. Escena que también reproduce una poesía de José Velarde Yusti fechada en 1886 y que se puede consultar en el Archivo General de Palacio: “¡Qué cuadro tan lastimero/ al de Cristina en hinojos,/ abrazada a los despojos/ de aquel ser idolatrado/ a quien tan solo ha dejado/ la muerte vida en los ojos!”.
¿Quiénes eran esos otros tres personajes que aparecen en el cuadro junto a la Reina?, el dibujante, que logra entrar enseguida en la estancia donde se ha producido el fallecimiento, hace partícipes a los lectores de lo que le cuentan “algunos fieles servidores del augusto finado”: “en los últimos momentos e la vida del Rey hallábase la reina doña María Cristina junto al lecho de su esposo, y en la misma regia cámara están el Dr. Riedel, el cardenal Benavides y el Conde de Morphy (…) Cuando la Reina (…) oyó decir al Dr. Riedel que todo había concluido (…) cayó desplomada a la cabecera de la cama, besando la mano derecha de su infortunado esposo; el cardenal Benavides cumplía los deberes de su sagrado ministerio; el doctor no pudo reprimir las lágrimas, y ocultó su semblante entre las manos; el Conde de Morphy, fiel secretario de S.M., corrió desolado a anunciar la fatal noticia a la Reina madre y a las Infantas que esperaban (…) en la pieza-despacho, contigua a la alcoba del Rey”.
Vemos que esta es la escena que reproduce el dibujo en blanco y negro, escena que hay que considerar “como fiel reproducción de la verdad”, ya que lo que se ha reproducido en el dibujo es “rigurosamente exacto”, en palabras de Juan Comba.
En el dibujo vemos también otros detalles que “también son auténticos: la cama era de hierro, dorada, y la cubría una colcha blanca; en la pared de la cabecera había dos tapices de Goya que representaban escenas de manolos y majas, y en las paredes laterales, tapices de Teniers (…) en el lado derecho de la cama, un sillón, y más allá una mesa de noche con un álbum de retratos de la Real famila; dos colgaduras cerraban la alcoba (…)”.
En 1887 Juan Antonio Benlliure obtiene un certificado de segunda medalla en la Exposición Nacional por el cuadro Muerte de Alfonso XII (el último beso), cuadro que había empezado a pintar en Italia.
El cuadro de Benlliure refleja la escena casi tal y como la contaba la Ilustración Española y Americana en su crónica general de la página 2, en el que el dramatismo de la escena se ve acentuado por la presencia de las infantas María de las Mercedes y María Teresa besando el cadáver de su padre y la Reina vestida de luto. Entran en escena otros personajes de la corte, en ningún caso la madre y hermanas del difunto Rey, que si se mencionaban en la crónica.
El Rey ha muerto ¿qué es lo que sucede a partir de ese momento?, todos y cada uno de los pasos que se den a continuación aparecerán publicados en la Gazeta Histórica, el orígen del Boletín Oficial del Estado; y de todas esas ceremonias, que tuvieron lugar con ocasión del fallecimiento del Rey Alfonso XII -el último rey fallecido en España-, de las que hay una gran producción gráfica gracias a La Ilustración Americana y Española, hablaré en sucesivas entregas.