El acceso a una Cofradía requería y requiere una ceremonia para prestar juramento a las Reglas que la rigen. En la Biblioteca Digital Hispánica se pueden consultar gran cantidad de manuscritos que recogen estas normas para distintas cofradías, he elegido el manuscrito que contiene la «Regla y Capítulos de la Cofradía de San Francisco de los Mercaderes de Valladolid» (1590) por la claridad de su texto -lo que permite una fácil lectura- y las imágenes que la ilustran. El libro, de 28 páginas, detalla la ceremonia de acceso de un nuevo cofrade de una forma concisa y que no difiere mucho de las formas de prestar juramento/promesa un cargo público en la actualidad.
Ceremonia de acceso a la cofradía: puesta en escena
La ceremonia de entrada en la cofradía se escenificaba con el acceso físico a la sala en la que la cofradía estaba reunida. El aspirante a cofrade esperaba en la sala contigua y dos oficiales o dos mayordomos salían a buscarle.
Una vez entraba en la sala el aspirante pronunciaba una oración y el oficial que le iba a tomar juramento retiraba el ejemplar de la Regla del atril (entonces se denominaba retril) en el que estaba depositada y procedía a la lectura del capítulo primero, dedicado al juramento.
Ceremonia de acceso a la cofradía: juramento
Leído este capítulo el oficial le tomaba juramento, para ello le pedía expresamente que jurase sobre lo siguiente:
Guardar los preceptos contenidos en la Regla, avisándole de que el quebrantamiento de los mismos suponía incurrir en una pena «que por los oficiales y cabildo» le sería impuesta.
Guardar secreto de sus reuniones y juntas.
«Traer provecho, bien y honra» a la Cofradía, desviando el mal con toda la fuerza y poder de la que fuese capaz.
A estas tres peticiones el aspirante respondía con un «si prometo» , a lo que el oficial que le tomaba juramento añadía: «Si así lo hiciéreis Dios os ayude y si no Él os de gracia para que lo cumpláis«.
Una vez prestado el juramento el ya nuevo cofrade procedía a dar las gracias a los demás cofrades que lo recibían en la cofradía y cuyo acogimiento se manifestaba de forma física ocupando un puesto entre ellos.
Ceremonia de acceso a la cofradía: soy cofrade ¿ahora qué?
Finalizado el acto se entregaba el ejemplar de la Regla al nuevo cofrade para que lo custodiase en su casa durante ocho días, periodo de tiempo en el que consultaba y estudiaba sus preceptos; conocer su contenido era de gran importancia para saber «a lo que están obligados a cumplir y guardar y mantener para conservación de esta Santa Cofradía«. En esas páginas se recogían preceptos relativos a las penas por incumplimiento de la Regla, que no eran penitenciales, ya que se recalcaba que no incurrían en pecado mortal solo en «las penas pecuniarias y conminatorias que los oficiales y el cabildo les echaran«.
Imágenes: captura de pantalla del manuscrito de referencia.