Buscando temas para el blog encuentro a veces cosas curiosas, como esta cabalgata ceremonial que se organizaba cuando se publicaba la Bula de la Santa Cruzada en Madrid. La mención a esta cabalgata la encuentro en La Ilustración Española y Americana de 22 de enero de 1877 y la ilustración que acompaña a la noticia es la imagen destacada de esta entrada.
¿Qué era la Bula de la Santa Cruzada?
Sobre la bula de cruzada hace un resumen el periodista de La Ilustración: “Los antiguos monarcas españoles obtuvieron letras Apostólicas de la Santa Sede, por las cuales se concedían muchas gracias espirituales y temporales a las personas que partiesen de los dominios de España para pelear contra los infieles, o acudiesen con particular auxilio a las expediciones militares que contra aquellos se dirigían, contribuyendo con alguna cantidad para los gastos necesarios”. Reconoce que en 1877 había cesado la conveniencia de tales guerras “pero el indulto ha sido prorrogado sucesivamente por varios Romanos Pontífices, y aún por Su Santidad Pío IX, determinándose que la limosna correspondiente a cada sumario sea de tres reales de vellón, y que las sumas recaudadas por tal concepto se inviertan en los gastos del culto y en socorro de las iglesias pobres e España”.
Es decir, si se daba una limosna durante determinado tiempo se obtenían los beneficios espirituales que se mencionaban en la bula.
Ceremonial para comunicar el contenido de la Bula de Cruzada
Comenta el periodista de La Ilustración que en la forma de comunicar la bula se observaban “costumbres y detalles asaz añejos”. Esas costumbres añejas se ponían de manifiesto en el ceremonial y las describe con estas palabras: “una abigarrada cabalgata, precedida de timbales y clarines, escoltada por alguaciles y corchetes, y vistosamente engalanada con pendones y estandartes, recorre las principales calles de la coronada villa, y da lectura, en determinados sitios, al edicto eclesiástico de publicación”.
Alguien tenía que organizar el acto: señalar el recorrido de la cabalgata y los puntos de parada; indicar el orden de precedencia de quienes desfilaban; procurar que pendones y estandartes estuviesen limpios y planchados; etc. Es decir, que había un profesional de eventos detrás, aunque no se llamase así.
Por cierto, las Bulas de Cruzada se mantuvieron en nuestro país hasta 1966 fecha en la que fueron abolidas mediante la Constitución Apostólica Paenitemini de Pablo VI.
Fuente: La Ilustración Española y Americana puede consultarse en la Hemeroteca Digital Hispánica.
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