Si, “Señorías” que es el tratamiento que merecen nuestros representantes políticos en el legislativo dentro del Congreso de los Diputados. Los Senadores, según el artículo 23 del Reglamento del Senado “tendrán tratamiento de excelencia, que conservarán con carácter vitalicio (…)”. Esos son los tratamientos que una tuvo que aprender en su momento y que aunque suenen “a rancios” y “de la casta”-para algunos- son los que hay que usar, mientras no cambien.
Y es que el jueves día 17 de noviembre, el comportamiento de algunas de sus señorías y excelencias dejó mucho que desear, más que el Congreso de los Diputados aquello parecía el patio de un colegio de primaria. El espectáculo bochornoso del que fuimos testigos recordaba más a un circo que al lugar donde se dictan las leyes que regirán los destinos de los españoles, que, desde luego, no nos merecemos eso. De seguir en esta línea, que seguirá porque aquí de lo que se trata es de salir en la foto, no me extraña que cualquier día se dicte una ley que incluya el mote como tratamiento y así no se extrañen cuando lean que el diputado: “narizotas”, “cuatrojos”, “pelopincho”, “caracráter”, “dentón”, “orejas”, «gafotas» (o como quiera que le denominen sus pares en ese futuro no muy lejano) ha votado en contra o a favor del proyecto de ley para retirar el tratamiento vitalicio de excelencia a los senadores (esto es inventado por supuesto). Se pueden reír, pero visto lo visto, esto está más cerca de lo que imaginan.
Vayamos al grano.
Hay un documento que no se si sus señorías (y cuando lo señalo así lo hago con mucho retintín) se han leído o no, que es el Reglamento del Congreso, que en su artículo 16 dice: “Los Diputados están obligados a adecuar su conducta al Reglamento y a respetar el orden, la cortesía y la disciplina parlamentarias (…)”. Uno debería tener la obligación de leer las normas por las que se rige su puesto de trabajo.
Ya se que es un rollo tener que leer unas normas que votaron la casta y la política rancia allá por 1982. Estoy completamente de acuerdo en que es mejor jugar con la tablet y el móvil, hacerse selfies y enviar memes desde los escaños, y que con 207 artículos más disposiciones finales y transitorias se planta uno casi en 220 ¡uf! y con tanto trabajo como el que han tenido sus señorías desde el 20 de diciembre del pasado año no ha dado tiempo. Porque sus señorías tienen algo muy claro que «cumplen con su obligación que es la de estar en su «puesto de trabajo», en el escaño» (extracto de www.elperiodico.com); nada se dice de estar allí trabajando, ojo. Convendrán conmigo en que de haber leído un artículo por día a estas alturas estarían ya dando la segunda vuelta y habrían repasado el artículo 16 de marras (con lo que lo tendrían bastante reciente).
Pero volvamos al artículo y a una de las palabras señaladas en negrita “cortesía”, que debe ser un vocablo difícil de entender, así que lo explicaré remitiéndome a la definición que sobre la misma da el Diccionario de la Lengua: “Demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona”. Vamos a quitar el “afecto” porque no es necesario que nos quieran ni tener la obligación de querer a todo el mundo, y dejémoslo en demostración de respeto. Quien no demuestra respeto, por tanto es «irrespetuoso«, o lo que es lo mismo: maleducado.
Si analizamos alguna de las conductas de sus señorías el día de la Solemne Apertura de la XI Legislatura, observamos que nuestros representantes políticos -que nos representan a todos, no lo olviden- en atención y respeto están más que suspensos. He aquí unas “perlitas”:
RESPETO AL JEFE DEL ESTADO
«Algunos son jefes de Estado porque son hijos, nietos y bisnietos de una dinastía. Con todo el respeto, nosotros tenemos mucha más legitimidad porque a nosotros nos vota la gente», ha proclamado. En este sentido, ha rechazado que Felipe VI pueda sentirse «ofendido» por el desplante de Podemos en los actos institucionales, pero si así lo fuera, le ha recordado que si están en las Cortes no es «por ser hijos de nadie y tener sangre azul» sino por los votos de los ciudadanos (extracto de www.elmundo.es).
La figura del Jefe del Estado está en la Constitución, que espero se haya leído. Una Constitución que le ha permitido llegar al Congreso. Esa Constitución –antigua y de la casta- la votamos todos los españoles con derecho a voto en 1978 y decidimos, por la mayoría que exigía la ley, que tendríamos una Monarquía Parlamentaria, y por tanto, un Jefe de Estado rey (podríamos haber elegido un Jefe de Estado marciano, pero elegimos un rey).
El desplante al Jefe del Estado es un desplante a todos los ciudadanos de este país, porque el Jefe del Estado nos representa a todos: ya voten amarillo, verde, azul, rosa, morado, naranja, incoloro, o no voten. No se si Felipe VI se ha sentido ofendido o no, yo -que formo parte de esa masa gris a la que este ciudadano llama «la gente» y en nombre de la cual dice hablar- si me he sentido ofendida, porque el desplante se lo han hecho no tanto a la persona como a la institución.
Garzón ha afirmado que «hoy nos visita un extraño a las votaciones» en el Congreso. Y ese «extraño» es… «el ciudadano Felipe de Borbón» (extracto de www.elplural.com) .
El ciudadano Garzón tiene un serio problema, una fijación por repetir la palabra “ciudadano” como tratamiento para el Jefe del Estado, la primera vez hizo triste gracia, ahora resulta cansino. A la solemne apertura de la legislatura no va un ciudadano, un colega o un amiguete, va el Jefe del Estado.
El ciudadano Garzón debería ser más respetuoso con Constitución Española (por lo que digo cuatro párrafos más arriba); una Constitución que le ha permitido llegar a un escaño para desempeñar una labor por la que recibe una buena remuneración y que le permitirá percibir la prestación máxima dentro de 7 años. Así que un poquito de respeto al respetable, ciudadano (esto también con retintín).
El martes 15 el portavoz Unidos Podemos Iñigo Errejón, decía que los diputados de Unidos Podemos no iban a participar en el saludo protocolario a los Reyes y a sus hijas (extracto de www.20minutos.es).
Olvidaba el portavoz las obligaciones de representación de la Cámara que los miembros de la Mesa del Congreso tienen y que recoge el artículo 30 del Reglamento del Congreso:
“1. La Mesa es el órgano rector de la Cámara y ostenta la representación colegiada de ésta en los actos a que asista. 2. La Mesa estará compuesta por el Presidente del Congreso, cuatro Vicepresidentes y cuatro Secretarios”.
Al final si estuvieron, y Marcelo Expósito de Podemos (de la Mesa del Congreso) dijo: “He recibido al Rey a puertas de Congreso porque es mi trabajo y por cortesía parlamentaria: él recibe a nuestros portavoces en Zarzuela” (extracto de www.elconfidencial.com).
Vemos que alguno si se ha leído el Reglamento del Congreso, y que además conoce la palabra cortesía, estoy por «aprobarle».
INFRAVALORAR EL PROTOCOLO Y A LOS DE PROTOCOLO
El líder de Podemos ha infravalorado los «elementos protocolarios» porque estos forman parte de «una concepción política vieja», por lo que ha pedido «respeto» para sus posiciones, al igual que ellos respetan a quienes «se vuelven locos y se entusiasman» con ellos (extracto de ww.elmundo.es).
Eso si, cuando después de haber llegado tarde, pretendían ocupar su puesto: pidieron a protocolo que les solucionase el tema. ¿En qué quedamos? ¿Protocolo si o no? ¿protocolo rancio o no?. Me gustaría que me actualizase la definición de respeto, porque no me ha quedado muy clara en su argumentación.
SÍMBOLOS REPUBLICANOS O PSEUDO REPUBLICANOS
El senador navarro Iñaki Bernal (de Izquierda Unida) ha exhibido todo el tiempo de pie desde su escaño una bandera republicana donde se podía leer la reivindicación «III República» (extracto de ww.elmundo.es).
Estaba situado enfrente del Monarca, en las filas del gallinero y era bien visible desde toda la Cámara y sobre todo visible para las cámaras (que eso es lo que a todas luces pretendía). ¿Qué pasaría si durante una intervención de este senador en la tribuna de oradores del Senado alguien enarbolase una bandera nazi?, tampoco tiene que ser tan drástico pongamos que fuera la bandera carlista.
El senador de IU que ha exhibido la bandera republicana ha disculpado al resto de sus compañeros de su desplante por haber sido una «decisión personal» no planificada con ellos. En declaraciones a los medios ha confesado estar «sorprendido» por lo «respetuoso» que había sido el personal de la Cámara por haberle permitido estar así durante todo el discurso (extracto de ww.elmundo.es).
Que alguien se sorprenda porque los demás tienen más educación que él tiene también su mérito; eso es que la practica poco, pero bien está que empiece reconociendo que hay gente que sabe manifestar el respeto. ¿Qué esperaba? ¿que le hicieran algo? (supongo que eso era lo que quería este ciudadano –excelencia con carácter vitalicio, les recuerdo- porque las cámaras -de tv y fotográficas- están ahí y está visto que la publicidad gratis es un punto).
No es por nada pero, quizá debería pensar un poquito en la bandera que enarbolaba. La bandera republicana es una bandera histórica y merece también un respeto; no es un trozo de trapo para usar como pancarta.
Garzón ha justificado que con la presencia de símbolos republicanos querían hacer «un acto pacífico que ponga en evidencia las contradicciones de que abra la legislatura alguien que no ha sido votado por los ciudadanos» (extracto de ww.elmundo.es).
Le recomiendo a este ciudadano que se lea la Constitución de 1978 y que RESPETE un poco más a quienes la votamos.
RESPETO A LOS SÍMBOLOS DE LA NACIÓN Y A LAS PALABRAS DEL JEFE DEL ESTADO
La entrada de los Reyes, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía e interpretación del Himno Nacional. Aunque Iglesias y una gran parte de su grupo se han puesto de pie, sin aplaudir en ningún instante, otros miembros de su grupo parlamentario han permanecido sentados en sus asientos Por ejemplo, Alberto Garzón y todos los parlamentarios de Izquierda Unida así como los adscritos a las confluencias En Comú Podem o En Marea (extracto de ww.elmundo.es).
Nadie obliga a aplaudir pero la educación elemental –cortesía, respeto- obliga a algún gesto como hicieron los miembros del PNV y de la antigua Convergéncia poniéndose en pie al finalizar el discurso, está hablando el Jefe del Estado, no estoy de charla con la vecina del 5ºA.
DESPROPÓSITOS VARIADOS
Diego Cañamero, que se había colocado estratégicamente detrás de Pablo Iglesias para salir en el tiro de cámara y las fotos con una camiseta negra en la que decía: «Yo no voté a ningún Rey» (extracto de www.huffingtonpost.es).
Yo no quiero salir en una foto con el rey, pero si que me hagan fotos. ¿De colegio? No, de circo.
La diputada Carolina Bescansa no tuvo reparos en compararse con la Reina y hacer una analogía con la polémica generada por la presencia de su bebé en el Hemiciclo en la pasada legislatura. «Letizia, si vas a llevar a tus hijas al hemiciclo, prepárate para una campaña de insultos y descalificaciones sin límite«, publicaba en Twitter sobre la presencia de la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía en el acto (extracto de www.elmundo.es)
Bescansa explicó su polémico tuit diciendo que esperaba que la Reina “no sufra los mismos insultos” y la campaña que sufrió ella por llevar a su hijo al Congreso. La diputada de Podemos ha asegurado que las mujeres sufren «muchos ataques de micromachismo y macromachismo», y que ella lo pasó muy mal (extracto de www.elmundo.es)
Aparte de la amenaza implícita en el texto, que intenta justificar yéndose por peteneras: ¿De verdad cree que yo me creo que llevó a su bebé al Congreso hace un año para defender a las mujeres y abogando por la conciliación laboral?; querida ciudadana he nacido hace 56 años, no ayer. Un poco de respeto a la edad y las canas.
No sigo, pero material para seguir hay de sobra y ha sido tratado ya en abundancia por mis compañeros protocoleros.
Permítanme un comentario final a modo de resumen: es curioso que las únicas niñas que había en ese patio de colegio que fue el Congreso de los Diputados el día 17 se comportaron como no lo hicieron los adultos que tenían enfrente: respetaron el lugar y a los que allí se encontraban, actuaron con normalidad y sin perder la sonrisa. Y no, no hicieron «pellas» porque ese día asistieron a una clase práctica de historia, de política, de protocolo oficial y militar, y de urbanidad (entre otras muchas asignaturas). Era su obligación y cumplieron, cosa que no todos los allí presentes pueden decir. Por tanto ellas sí se merecen la mejor nota. Altezas, prueba superada con Matrícula de Honor.
Y un consejo a sus señorías para que recuerden, cada vez que se sienten en su escaño, que por el Congreso ha pasado «gente» como: Cánovas del Castillo, Maura, Pi y Margall, Castelar, Canalejas, Azaña, Prieto, Largo Caballero, Campoamor, Cisneros, Pérez Barba, Solé Tura, Lluch, Carrillo, Pasionaria, Suárez, Gutiérrez Mellado, etc., así que «un poquito de por favor«.
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