Una mujer de negocios en 1874 ¿nos la podemos imaginar? Pues existían y Adela Ginés Ortiz la describe en su libro «Tipos y Caracteres de la Mujer» (apuntes para un álbum del bello sexo) un libro que me acaban de regalar y que ya está en mi anaquel junto al resto de la colección. La señora Ginés describe a la mujer de negocios de su tiempo como aquella «cuya inclinación a los negocios la domina demasiado, no deja de pensar en ellos, educándose y perfeccionándose de tal modo que llega a ser especialidad en esta materia, aventajando a muchos hombres«.
Características de la mujer de negocios de 1874
Entre las características de la mujer de negocios que describe Adela Ginés podemos destacar las diez siguientes:
- Sus proyectos los domina la razón, nunca la pasión.
- Constancia y aplomo en la ejecución de sus proyectos, «venciendo obstáculos y sacrificando cuanto intente estorbar» con tal de conseguir sus objetivos.
- No le importa trabajar en exceso «siempre que la reporte beneficio«.
- Es amable con todos «porque comprende que no hay amigo inútil ni enemigo pequeño«.
- No derrocha jamás «ordena su casa y sus gastos de un modo admirable, para que lejos de comprometer su fortuna, pueda aumentarse«.
- Se casa solo por interés y, si se cansa, rompe la relación «con sangre fría, sin cuidarse de comentarios«.
- Es capaz de aguantar a un marido repelente siempre que sea necesario para sus negocios.
- Si tiene hijas casaderas, mira con lupa los haberes, ocupación, ingresos y gastos del pretendiente » no tanto [por] amor materno como [por] su afán de hacer un negocio«.
- Es envidiosa «cuando ve la ajena prosperidad, se culpa por haber sido tan torpe que no emprendiera antes lo que a otros les da buen resultado«.
- Carece de conciencia, para ella el fin siempre justifica los medios y el fin es siempre «el aumento de su caudal«.
Tipos de mujer de negocios en 1874
Según Adela Ginés había tres tipos de mujer de negocios:
- La rica instruida que «emprende contratas y negocios en grande escala, se informa con interés y facilidad de los negocios de Bolsa«.
- La pobre no instruida, que puede llevar las cuentas «de memoria o en 1000 apartadijos o señales que solo ella comprende«. Este tipo de mujer de negocios trabajará hasta reunir el capital necesario para «ponerse a vender cualquier cosa o prestar a las vendedoras, a real por duro«.
- La escasa de recursos, que tiene un poco de dinero para ir tirando pero no le permite tener un negocio. Esta mujer tiene dos opciones, o bien se convierte «en ganguera o buscona del Rastro«, o bien «explota las desgracias de sus amigos, a los que saca de apuros» con la intención doble de ganar dinero y favores. Esta mujer es el peor tipo ya que puede llegar a convertirse en «usurera y mezquina, acabando con sus condiciones buenas«.
Prevención contra la mujer de negocios
Adela Ginés no tiene una buena opinión de la mujer de negocios. Para ella este tipo de mujeres pierde las «virtudes naturales de su sexo, (…) su mérito consiste en el cálculo con que sirve a la ambición, y esta es consecuencia del egoísmo y de la frialdad de sentimientos, (…) será positivista y carecerá de la sensibilidad y abnegación sublime que debieran formar las principales bellezas de su alma«.
Fuente ilustración: Biblioteca Digital Hispánica