Dos obras, una escrita y una escena en una pintura me llevan a la reflexión de hoy sobre normas de urbanidad.
Por un lado la pintura: La mesa de los pecados capitales, El Bosco (circa 1485), que podemos ver en el Museo del Prado.
En esta tabla el pintor representa cinco círculos sobre un fondo negro. Los cuatro más pequeños, situados en los ángulos, muestran las postrimerías de la vida: Muerte, Juicio, Infierno y Gloria. Dos filacterias con inscripciones en latín, extraídas del Deuteronomio advierten de las consecuencias del pecado. La primera (32: 28-29) dice: “Porque son un pueblo que no tiene ninguna comprensión ni visión, si fueran inteligentes entenderían esto y se prepararían para su fin”.
La segunda debajo (32:20) dice: “Apartaré de ellos mi rostro y observaré su fin”
El círculo central, más grande que los anteriores, semeja un ojo, en cuya pupila aparece Cristo Varón de Dolores y la frase “Cuidado, Cuidado, el Señor está mirando” y los Siete Pecados Capitales en su anillo exterior reproducidos como escenas de género con las costumbres y los vicios de la época.
Por otro un librito: De civilitate morum puerilium (De la urbanidad en las maneras de los niños) obra escrita por Erasmo de Rotterdam en 1530 y dedicada al príncipe Enrique de Borgoña. Esta obra conoció en los países europeos un éxito sin precedentes e inauguró un nuevo campo de saber, pues por primera vez las buenas maneras son sometidas a un tratamiento sistemático y específico.
Volvamos a la tabla de El Bosco y analicemos una de sus escenas, la dedicada a la gula. Se trata de una escena de interior con cuatro personajes entorno a una mesa en la que se ha servido abundante comida.
Sentado a la mesa aparece un hombre bastante grueso comiendo (sujeta en su mano un hueso con un pedazo de carne). Sujeto a las piernas del hombre un niño gordito reclama su atención, el niño está sucio y parece haberse levantado de la silla horadada que utiliza para hacer sus necesidades (según los expertos este niño simboliza el mal ejemplo que se da a la infancia).
A la derecha otro hombre más delgado y desaliñado bebe directamente de una jarra, con tal ansiedad que el líquido se derrama a través de las comisuras de sus labios.
A la izquierda y saliendo de lo que parece un hogar aparece una mujer que sujeta una bandeja con un ave asada, se dirige con ella hacia la mesa.
Hay objetos por el suelo, una silla horadada, un bastón, una olla y una banqueta tirada. También un fuego en el que se está asando una salchicha.
¿Qué es la gula?, el Diccionario de la RAE lo define como “Exceso en la comida o bebida, y apetito desordenado de comer y beber”. Etimológicamente la palabra gula proviene del latín glutire, y significa deglutir, devorar con ansia. La gula es, por tanto, el ansia desenfrenada, pecaminosa, el deseo desordenado, exagerado de comer, de consumir.
Teológicamente se condena esa entrega desordenada al placer de comer, beber o cualquier cosa que implique apoderamiento abusivo. Es decir el consumo, no para satisfacer comunes necesidades humanas, sino exagerando esa necesidad, hasta llegar a hartarse, colmarse.
¿Cómo podemos enlazar esa escena del cuadro con la obra de Erasmo de Rotterdarm?. Hay un capítulo en la obra, De conviis, Sobre los Convites, que es muy apropiado para analizar la escena de la gula.
“No acudas a la mesa sino después de haberte lavado […] y vaciada antes de eso en lugar retirado la vejiga, o si el caso lo demanda, descargado también el vientre”. “Pueblerino es andar con la cabeza despeinada”.
“Si por ventura le acontece a uno estar ceñido demasiado prieto, acuerdo es aflojar un tanto las ataduras, cosa que ya a la mesa poco decentemente puede hacerse”
“Sentarse con las rodillas despatarradas o con las piernas abiertas o torcidas para fuera es de fanfarrones”
“El oscilar sobre la silla […] da la apariencia de quien está a cada poco soltando ventosidad del vientre o que está haciendo esfuerzos por soltarla. Esté pues el cuerpo con parejo equilibrio erguido”.
“Odian a sus hijos aquellos que, siendo todavía tiernos, al prolongarse las cenas hasta muy entrada la noche, les permiten quedarse allí sentados de cabo a rabo”.
“En algunos pueblos es costumbre que los niños, en pie ante la mesa de los mayores, tomen el alimento en último lugar […] no se acerque el niño si no se le ha mandado, no se quede allí pegado hasta el fin del convite […]”.
“(Están locos) aquellos que […] a los niños con comida demasiada atiborran. La moderación ha de aprenderse desde muy pronto” (…) «Si con mayores se sienta a la mesa el niño, sea el último […] en alargar la mano a la fuente”
“A los que gozan con el vino puro tales son los premios que detrás les vienen: dientes sarrosos, mejillas colgantes, ojos cegajosos, pasmo de la mente […] envejecimiento antes de la vejez”
“Mientras se está bebiendo, […] el doblar, a ejemplo de las cigüeñas, la cerviz sobre la espalda, no vaya a quedar alguna gota en el fondo del vaso, es impropio de hombres de bien”
“Ya sentado, ten una y otra mano sobre la mesa, no juntas ni encima de tu plato. […] Apoyarse de codo, sea con uno, sea con dos, sobre la mesa se les disculpa a los fatigados por vejez o por enfermedad”
“Algunos, apenas se han bien sentado, luego echan las manos a los manjares; esto es propio de lobos o de ésos que […] devoran de las trébedes las carnes aún no sacrificadas […] devoran más bien que comen […] propio de bandoleros es esa tragantonería”. «Tanto a la vez meten para la boca, que los carrillos se les hinchan por ambos lados como fuelles […]. “Tragarse al momento los bocados enteros es cosa de cigüeñas y de hampones” y “Andar royendo los huesos con los dientes es perruno”.
“Antes de beber ten bien mascado el alimento, y no arrimes los labios sino bien enjugados antes con la servilleta […] sobre todo si alguien te ofrece su copa o si se está de una copa común bebiendo”
“La carne córtela antes en su plato a pedacitos; luego, añadiendo a la vez pan, mastíquela algún tiempo primero de hacerla pasar hasta el estómago […]” “A la derecha téngase la copa y el cuchillo de vianda debidamente limpio; a la izquierda, el pan”.
“Los huesos o cualquier cosa semejante que de resto quede, no […] los eches sobre el mantel de la mesa, no los devuelvas a la fuente (…)”.
Vemos que lo que pretendía Erasmo, los padres ejemplo de los hijos, no se cumplía en la escena que refleja esta tabla.
¡Feliz día del Padre!
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Me ha gustado mucho todas estas curiosidades que cuentas me parece muy ameno. Enhorabuena.
¡Gracias!
Enhorabuena por el blog, es tan original como interesante.
Te adjunto un link que puede resultarte interesante, respecto a unos alumnos universitarios que recientemente han descifrado una partitura pintada en el Jardín de las Delicias del Bosco. Aquí se puede escuchar:
http://www.imagenpoblana.com/2014/02/19/descifran-partitura-oculta-por-500-anos-en-obra-de-el-bosco
Espero que te guste tanto escucharlo como a mi leerte.
Un saludo.
Rocío
Enhorabuena por el blog es tan interesante como original.
Te adjunto un link que creo que resultara interesante respecto a unos alumnos universitarios que hrecientemnete han descifrado la partitura escrita en el cuadro el Jardín de las Delicias del Bosco.
Espero que te guste escucharla tanto como a mi leerte.
http://www.imagenpoblana.com/2014/02/19/descifran-partitura-oculta-por-500-anos-en-obra-de-el-bosco
Un saludo
Rocío
¡Gracias Rocío!, el Jardín de las Delicias es un cuadro que me fascina desde la primera vez que lo vi en el Prado allá por los años 70 siendo una niña.