Los buenos modales, la buena educación, la cortesía, la urbanidad, o como quiera que denominemos a las normas de comportamiento social, deben estar en el kit básico de supervivencia que llevamos en nuestra bolsa de deporte. Entre esas normas están: el juego limpio, respeto al contrario, aprender a celebrar los triunfos y aceptar las derrotas, etc. ¿Nos suena? Claro, son algunas de las recomendaciones que encontramos en libros de educación social y que debemos poner en práctica e inculcar a nuestros hijos.
Estos días he consultado las páginas web de varios campos de golf y todos ellos coinciden en un decálogo básico para quien practica este deporte y con unas indicaciones que atañen tanto a la cortesía en el trato con los otros como al cuidado del campo de juego. Tanta importancia le dan a las normas de comportamiento social en el golf que es lo primero que encontramos en su Libro de Reglas.
Decálogo de cortesía en la práctica del golf
- No distraigas ni molestes a otros jugadores.
- Mantén un tono de voz moderado.
- Asegúrate de que quien te precede está fuera del alcance de tu golpe.
- Mantente fuera de la línea de tiro de otro jugador.
- Juega a buen ritmo, no hagas esperar a otros.
- Avisa del peligro si se desvía una bola.
- Se honesto en el juego.
- Viste la indumentaria adecuada.
- Repón la hierba que arranques, repara los piques y rastrilla la arena.
- Deja el campo como lo encontraste.
Golf y relaciones sociales
En este blog siempre echamos un vistazo al pasado y, sobre este deporte, he encontrado una mención en La Ilustración Española y Americana de 22 de octubre de 1895. Al golf se refería el periodista de La Ilustración con bastante ironía, indicando que era propio de aristócratas y gente de buen vivir. Para estas clases sociales el golf era una forma de relacionarse, no tanto por la práctica del deporte sino por las fiestas y reuniones sociales que lo acompañaban.
Les dejo cuatro párrafos en los que Ricardo Becerro de Bengoa –que es quien firma el artículo- resume con cierta sorna un deporte que entonces se veía propio de gente con mucho dinero y poco que hacer:
“Dicen los aficionados a este sport que no hay nada semejante a él: y que un jugador, acompañado de su criado o paje cady [caddy o caddie], que es el que lleva en un saco las palas y las pelotas, constituyen una pareja semejante a la de los antiguos caballeros y escuderos, que, ciegos por el entusiasmo de las aficiones a las aventuras y a las armas, se olvidaban de todo, perdían la cabeza y a todo se atrevían”.
“Los golfeurs llevan blusas de color escarlata, y las intrépidas joueuses, camisetas coloradas. Las partidas de golf en las que ellas toman parte, son de lo más animado y entretenido que puede figurarse”.
“Como es natural, este sport, del mismo modo que los demás, no es otra cosa que una excusa para que se reúnan muchas gentes distinguidas, para fomentar las relaciones sociales y para celebrar interminables banquetes, conciertos, bailes y diversiones que hagan agradable la vida del campo, y que no den lugar a que en el espíritu empiece a fermentar la roña del aburrimiento”
“Para vivir en este mundo aristocrático que se divierte tanto, hace falta tener poco que hacer y mucho dinero, dos felicidades dificilísimas de poseer en estos tiempos en los que ricos, medianos y pobres tienen necesidad de trabajar tanto para no caer en el hole de la perdición y del hambre”.
Fuente de la imagen:
By RickyBennison – Own work, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=90735204
Fuente del texto:
La mencionada en el texto y que pueden encontrar en la Hemeroteca Digital
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