Agradecer, una constante en el protocolo social y junto a ella, saludar y pedir las cosas por favor. El agradecimiento -y hacerlo con sinceridad- es sin duda el detalle más valorado por quienes nos rodean. Saber que valoramos su trabajo o su ayuda es importante para ellos y debe ser una obligación por nuestra parte el reconocerlo.
Se agradecen también la invitación y el regalo. Un anfitrión agradecerá el hecho de que reconozcamos el detalle que ha tenido con nosotros invitándonos a su fiesta y quien nos envía un regalo hará lo propio si le agradecemos su obsequio. En estos dos casos conviene enviar una nota de agradecimiento, en la que detallemos algo que nos haya gustado especialmente del evento al que hemos asistido o el uso que le vamos a dar al regalo que nos han hecho. Ese tipo de notas les aseguro que no van a la papelera, quedan archivadas en la memoria de quien las recibe y son nuestra carta de presentación (o como dirían algunos: pasarán a formar parte de nuestra marca personal).