¿Estás pensando en cambiar de trabajo? ¿quieres hacer lo mismo pero en otra parte? o ¿eres de las que está pensando en “reinventarse”? sea cual sea el motivo ten en cuenta que ahora lo que más se valora son las habilidades blandas, ya no es necesario demostrar los conocimientos ni la experiencia, si eres blandamente habilidosa o habilidoso ya tienes un gran trecho recorrido en tu camino a la obtención de ese puesto que tanto ansías ocupar. Lo que hay que tener claro es que se quiere cambiar de trabajo, cosa que no tenía muy clara el protagonista de la cita de Arniches que publicaba #todoestáenloslibros el viernes pasado.
Las habilidades blandas, esas capacidades que poseías y aquellas otras que ibas adquiriendo al desempeñar un puesto y que quien te había contratado iba reconociendo con el paso del tiempo, resulta que ahora las tienes que llevar de serie, es más, puedes no tener ni idea de aquello que se supone que vas a hacer que si eres habilidoso … el puesto es tuyo (ejemplos tengo, que me reservo). Afortunadamente los habilidosos-impostores duran poco en el puesto, aunque son un sufrimiento interminable para quienes los padecen.
¿Qué habilidades blandas debería poner al día un protocolero o protocolista?
Comunicación. Todo protocolero que se precie debe ser capaz de comunicarse e intercambiar información y conocimientos. Eso de información tengo y para medrar la guardo, no cabe aquí. Si eres incapaz de transmitir cómo y para qué se hacen las cosas, de dar tu opinión argumentando de forma consecuente o de escuchar de forma activa a quienes te rodean, mejor no te dediques al protocolo, lo tuyo es la vida contemplativa y el voto de silencio en un convento de clausura o dedicarte a ermitaño.
Colaboración. Capacidad para trabajar en equipo, interactuar con sus miembros y contribuir para conseguir objetivos comunes, es quizás la más apreciada de las cualidades de un protocolero. Aquel o aquella que cuente con esta habilidad sabemos que trabajará en favor del equipo y no en su propio beneficio. El de protocolero es un trabajo de equipo, todos aportamos –conocimientos, experiencia y esfuerzo- para conseguir un objetivo. El yo-mi-me-conmigo ya no está de moda.
Motivación. Habilidad que complementa la anterior. Al trabajar en equipo hay que incentivar a sus miembros para que trabajen mejor, eso se consigue reconociendo los méritos tanto del individuo como del grupo (el incentivo puede ser emocional o crematístico). Todo aquel desmotive, desaliente o disuada, no es un buen motivador.
Liderazgo. Capacidad del protocolero para influir en los miembros del equipo de trabajo, motivándoles para conseguir el objetivo fijado. El liderazgo es un mix de las tres habilidades anteriores: si no comunicas, colaboras y motivas, tu puesto de líder tiene los días contados (en circunstancias normales ni lo serías, líder, me refiero). Todo líder que busque culpables en lugar de soluciones, de líder tiene lo que yo de astronauta.
Determinación. Habilidad para tomar la decisión más adecuada ante el problema que se plantea. Ser capaz de decidir para despejar la incertidumbre, dando indicaciones claras. A menudo tomar una decisión implica un punto de atrevimiento, de osadía ante la rapidez con la que se exige la resolución; esta capacidad se admira mucho en un líder y viene dada por aquello a lo que ahora se resta importancia en el cv: experiencia y conocimientos. Si eres pusilánime, si te falta valor para afrontar situaciones comprometidas tienes que trabajar más este aspecto, porque los protocolistas se enfrentan a ellas todos los días.
Negociación. Después de muchos años en esto y viendo el trabajo que realizan los compañeros protocolistas, se puede afirmar sin sonrojo que la negociación está en su trabajo día sí y día también. Esta habilidad se pone de manifiesto cuando hay varias partes intentando obtener lo mejor para su empresa o institución (el mejor puesto para su jefe, para entendernos). La capacidad para que ambas partes queden satisfechas sin obtener todo lo que quieren ni perder todo lo que pretenden conseguir, requiere mucha mano izquierda y muchas tablas, algo que da la experiencia. Llegar a un acuerdo en el que parezca que todos ganan es a lo que hay que aspirar y curiosamente lo que todo el mundo recuerda y reconoce. Las imposiciones y el “porque yo soy o porque yo lo digo” no dejan nunca un buen recuerdo.
Planificación. Habilidad para gestionar eficazmente lo que se hace en el tiempo del que se dispone. Saber cómo planificar y priorizar tareas, analizando la situación y definiendo qué objetivos deben obtenerse en los distintos plazos obliga a: decir no a lo que no aporta y consume tiempo, centrándonos en hacer lo que hay que hacer eligiendo lo que se hace con el tiempo, es decir, a trabajar eficientemente y ser productivos. Los que trabajan a salto de mata, sin priorizar, encargando la misma tarea a 20 personas, pidiendo una y otra vez el mismo informe “porque no lo encuentro”, etc. deberían hacer un cursillo de gestión de tiempo y utilizar alguna de sus herramientas.
Excelencia. Capacidad para buscar y obtener siempre la excelencia en el trabajo. Conseguir hacer las cosas no tanto perfectas si no mejor cada vez, debería ser un hábito en nuestro trabajo. Quien busca la excelencia disfruta con su trabajo y se enriquece a nivel profesional. Alcanzar el reconocimiento por la excelencia debería ser la aspiración de todo protocolero.
Fuente de la imagen destacada: Macrovector | Freepik
7 comentarios
Pingback: Protocolero: si estás pensando en cambiar de trabajo ¡pon al día tus habilidades blandas! @MariaPSC - Protocol Bloggers Point
Buenos Días
Si me gustaría cambiar de trabajo,yo soy docente de Educ Especial y me gustaría transmitir mis años de experiencia , pero no sé el modo,el cómo a través de los medios y el de poder atraer . gracias
Hola:
La verdad es que en esto no puedo ayudarle, es mejor que contacte con una consultora web. Esta web me la hizo una agencia, que también presta servicios de consultoría para posicionamiento web. Yo no tengo ni la más remota idea porque solo escribo sobre cosas que me gustan y las subo a mi página. La labor de conseguir seguidores es ardua, requiere estar muy presente y tener mucho tiempo para hacerlo.
Un saludo
Hola Irene:
He encontrado este post, a lo mejor te interesa.
https://www.begoromero.com/como-crear-una-escuela-online/
Un saludo
Muy buen artículo. Felicitaciones
¡Muchísimas gracias por leerme!
Pingback: Las habilidades duras en el trabajo de un protocolero o cómo práctica + formación hacen un gran profesional | Protocolo con corsé