Seguimos preocupados por Valencia y sus gentes. Estamos con el corazón en vilo cada vez que un reportero dice que “Vuelve a llover, pero no con la intensidad del día 29”, momento en el que soltamos un suspiro de alivio. En este blog seguimos compartiendo temas relacionados con inundaciones en Levante, pero las del último tercio del XIX. De aquella investigación que les comentaba la semana pasada, he recordado un acto, cuando menos curioso, dirigido a calmar las aguas del Segura que en ese momento estaba a punto de desbordarse. Dicho acto aparece publicado el nº 5 de la revista La Ilustración Española y Americana, de 8 de febrero de 1881. El acto de arrojar al Segura el ramo de la Virgen de Monserrate, en Orihuela, fue una ceremonia dirigida a calmar las aguas de un río que amenazaba con causar una grave inundación en una zona que aún tenía las cicatrices de la catástrofe de la Riada de Santa Teresa.
La Riada de Santa Teresa en la mente
Un evento como el de la Riada de Santa Teresa es de los que no se olvidan fácilmente. La destrucción que causó no solo en pérdida de vidas humanas, si no también de medios de subsistencia, enseres, viviendas, cosechas, etc. era algo que dos años más tarde tenían presente los ciudadanos de Orihuela cuando miraban al Segura a su paso por el municipio. La Ilustración lo resume con estas palabras:
“La comarca de Orihuela es una de las más castigadas por las inundaciones en nuestra España; aún no repuesta de la catástrofe del 15 de Octubre de 1879, cuando todavía no ha recaído acuerdo para otorgarla la indemnización que le corresponde por cuenta de la suscrición nacional; cuando los caminos vecinales permanecen desde entonces convertidos en verdaderos barrancos, otra avenida del Segura amenazó asolar, en la noche del 18 de Enero [de 1881], la hermosa vega de aquel término y transformarla en capo de desolación y ruinas”.
¿Por qué será que el tema de soltar el dinero les cuesta tanto a las administraciones? Esperemos que -aunque sabemos que la restauración de las infraestructuras será lenta- las indemnizaciones no se hagan esperar demasiado.
Avisos de emergencia en tiempos analógicos
En Orihuela funcionaron los avisos de emergencia y eso que no había WhatsApp ni Es-Alert. Dice La Ilustración que a primeras horas de la mañana habían llegado telegramas desde Murcia indicando que el río Segura se había desbordado en Cieza “mucho más que hace año y medio” y que la crecida aumentaba con gran rapidez.
Una vez que se conoció este dato, las autoridades ser reunieron en la Casa Consistorial donde se constituyeron en “sesión permanente, para adoptar medidas que evitaran el temido conflicto, disponiendo, entre otras, la construcción de parapetos en los parajes de mayor peligro”. Algo así como el CECOPI actual, lo único es que allí hubo una reunión eficaz, en la que se tomaron medidas dirigidas a contener la riada. Ante la gravedad de lo que se esperaba nadie se fue de comida de trabajo hasta las 6 de la tarde ni nada por el estilo. Sabían lo que se jugaban.
Desde Murcia siguieron llegando avisos y a las 17:00 horas de que “el río continuaba creciendo, aunque las aguas tenían ya una altura de cuatro metros sobre su nivel ordinario, y amenazaban desbordarse e invadir la población con su impetuosa corriente”.
Si fallan las medidas humanas, tomemos las espirituales y más si hay tradición
Recordemos la importancia de la religión y la fe en la época de la que estamos hablando. Por ello no es extraño que la noticia siga con estas palabras:
“En tales momentos de angustia, cuando el pánico se retrataba en los semblantes de todos, pueblo y autoridades, éstas, fieles intérpretes de los deseos más fervientes de aquél, que guarda en su corazón la fe religiosa como rico tesoro, acudieron a solicitar del Ilmo. Sr. Obispo de la diócesis que fuese conducida procesionalmente, por los barrios céntricos, en rogativa pública y solemne, la imagen de Nuestra Señora de Monserrate”
La comitiva cívico-religiosa a cuyo frente iba el Prelado, alcanzó el “ruinoso puente de Tablas (…) entonando cánticos sagrados a la venerada imagen”. Allí, la muchedumbre se agrupó para presenciar “una tradicional ceremonia que la piedad juzga como salvadora medida, en casos de aflicción, para Orihuela”. Al llegar el Obispo a la mitad del puente “presentó ante el furioso torbellino de la avenida la imagen de la Virgen de Monserrate, patrona de la ciudad, y arrojó por su propia mano a las aguas el ramo que la imagen ostentaba en su mano derecha”.
Al día siguiente
La población se encomendó a su patrona, era el último recurso una vez se habían tomado las medidas de contención recomendadas por las autoridades. Nos podemos preguntar sobre el resultado y La Ilustración Española y Americana nos da la respuesta citando a otro medio, La Voz de Orihuela:
“Las noticias recibidas de Murcia no eran lo más satisfactorias, pues en aquella tarde había experimentado el río allí una crecida de cerca de un metro, y las aguas se sostuvieron aquí, sin embargo, con un ligero aumento hasta la una de la madrugada, en que empezó el descenso, desapareciendo completamente los temores de una inundación … ¡y pocos momentos después de arrojar el ramo, principió a despejarse de tal modo la atmósfera, que la bóveda celeste apareció hermosa, diáfana, pura como fue creada, y alumbrada por el hermoso astro de la noche”.
Fuera la Virgen de Monserrate, los sacos de contención o que pararon las lluvias torrenciales en la cabecera del río, lo importante es que dejó de llover, el nivel del río bajó y se evitó una catástrofe.
De haber existido un Iker Jiménez en la época, fijo que tendría algún reportero en la zona que tal vez se hubiera rebozado en barro, como el que envió a Valencia hace unos días. Hay gente «pa tó».
A modo de conclusión
Confieso que muchas veces rezo y otras pido a otros que lo hagan por mí. Aunque últimamente, algunas noticias me hacen jurar en Arameo.
Fuentes
Del texto: La Ilustración Española y Americana de 8 de febrero de 1881.
De la imagen destacada: elaboración propia con grabados de La Ilustración Española y Americana de 8 de febrero de 1881; 22 y 30 de octubre de 1879. Disponibles en la Hemeroteca Digital