Verano, fiestas y etiqueta requerida. A menudo relajamos la etiqueta en verano, pero siempre hay que estar a las instrucciones que nos de el anfitrión. En el anaquel encontramos el libro «Etiqueta y Urbanidad» (1960) de Karlheinz Graudenz y Erica Pappritz que nos dice lo siguiente:
“Hay un trecho muy largo de las cenas oficiales a las fiestas de verano. Pero lo reconocemos tanto más a gusto cuanto que sentimos la necesidad de reunirnos con gente alegre, llena de buen humor y que se sienten animados por la cálida noche de verano que lo cubre todo con sus propios encantos”
“El anfitrión ofrece la comida y la bebida, la naturaleza, el marco …, y nosotros aportamos todo nuestro buen humor y sana alegría”.
“Para las damas el problema del vestido resulta tanto más fácil cuanto más jóvenes son. Vestidos de cóctel o de noche estivales realzan los encantos femeninos. A nosotros, los hombres, nos quedan menos posibilidades … desgraciadamente. Cuando baste el traje oscuro, pues nos pondremos el traje oscuro … ¡aunque estemos en el mes de julio! Cuando nos han recomendado el uso del smoking, pues, si es que lo tenemos, nos podemos poner también la chaqueta blanca de smoking, con lazo negro y pantalón negro. Se adapta perfectamente al carácter de la fiesta y, sin embargo, no es tan severo”
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