Madrid se engalana para celebrar la boda de Alfonso XII y María de las Mercedes de Orleans. Los primeros días de enero de 1878 la ciudad acomete una serie de obras en sus calles destinadas a que luzca magnífica el día de los esponsales, el 23 de enero de 1878.
Pero no solo la ciudad, el Palacio y los Aposentos destinados a la real pareja también se acondicionan mediante una serie de obras que supervisa el propio monarca.
La Ilustración Española y Americana en sus publicaciones de 15 , 22 y 30 de enero de 1878 se centra en las obras de reforma llevadas a cabo en Palacio y las describe ajustándose a la realidad de una forma tan extraordinaria que el lector tiene la sensación de estar contemplando esos aposentos.
¿Quieren que recorramos con la Ilustración los salones de Palacio destinados a la real pareja? Lo haremos tal y como lo haría un lector de la época, que no ha tenido -ni tendrá- acceso al Palacio salvo por lo que su imaginación extraiga de la lectura del semanario.
Empezaremos entrando en la Cámara principal «forrada de terciopelo carmesí de Génova, sobre fondo de raso amarillo«. En su centro podemos ver un velador y sobre el mismo «una enorme araña de bronce«. En las paredes vemos 6 grandes espejos y cuatro consolas sobre las que están colocados los bustos de los abuelos y bisabuelos de los monarcas.
A continuación atravesaremos: el Antedespacho, el Saloncito de Tapices y el Antesalón del Consejo. Todos ellos magníficamente decorados con «hermosos cuadros y otras joyas de gran valía«. Nos detendremos en el Salón del Consejo, admirando su mobiliario «de la época de Enrique II de Francia«, cuyas paredes están cubiertas de «cuero de Venecia con adornos en relieve«.
Entraremos en el Gabinete de Estudio -de estilo Luis XVI- sobre cuya mesa de trabajo el rey tiene las fotografías de su esposa, sus padres y hermana. Desde esta pieza accedemos a la Alcoba del rey, forrada de ricos tapices, cuyo lecho aparece cubierto con «una joya de la tapicería española«, un «riquísimo tapiz bordado en oro«, tejido para el rey Carlos III en la Real Fábrica de Tapices de Madrid y restaurado por expreso deseo de Alfonso XII.
Retrocedemos hasta el Saloncito de Tapices para acceder, a través de dos piezas de paso, a las habitaciones de la Reina. Entramos en un «saloncito bellísimo (…) forrado de terciopelo carmesí«, en el cual hay cuadros «de mucho mérito» y cruzamos otra pieza de paso a través de la que llegamos a la Alcoba de la reina. Decorada en estilo Luis XVI tiene las paredes decoradas de tela de color rosa y franjas de flores. La cama es de «ébano tallado y bronce dorado a fuego«, con un magnífico dosel forrado de raso azul celeste.
Todos los muebles de esta habitación son «riquísimos y de mucho gusto» entre los que destaca una lámpara de «bronce y cristal«.
El Palacio se ha preparado para recibir a sus regios ocupantes, sus aposentos se han decorado y adaptado a la nueva reina. La ciudad también se prepara para los días de festejo que, con motivo de la boda, requieren que luzca impresionante.
- Grabados: Comba
- Fotografía: Laurent
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